MENOS PARLAMENTARIOS, MENOS CONCEJALES Y MENOS DEMOCRACIA
Hace días que tenía previsto dedicar unas líneas a este tema que, por intereses nunca claramente confesados, alguien, o como diría un amigo del que suscribe mejor alguienes porque deben ser más de uno, ya hace alguna semana nos lo están poniendo “de moda”.
Si, parece que el vacacionante gallego y sus secuaces económicos han encontrado en gran medida la solución a la crisis monetaria proponiendo disminuir por decreto ley el número de parlamentarios y concejales pues nos cuestan una pasta gansa al personal y a esto no hay derecho. Pero ¿qué morro tienen? Que quieren modificar la ley electoral, pues que la modifiquen. Yo también la modificaría ya mismo. El tema es que yo no la modificaría como ellos la van a modificar. Ellos la van a modificar, siempre y cuando su propio gallinero no se les soliviante demasiado, para reducir entre otras cosas un tercio el número de concejales de este país. Pretenden pasar de 68.578 a 47.240 concejales con un límite máximo de ediles de 35 sea cual sea la localidad de la que estemos hablando. Esta es una medida que entraría en vigor en las próximas elecciones municipales allá por el año 2015. Un poco largo me lo fiais si tal y como nos lo han planteado esta medida nos va a solucionar en gran medida el problema económico que nos acogota.
¿Y si para entonces el señor presidente de la nación ya ha sido sustituido por un tecnócrata a la italiana? Pero volvamos al tema que nos ocupa. Esta medida nos la están intentando vender como algo muy importante por el ahorro que supondría. Lo dicho, más jeta que un saco de ochenas o si lo prefieren, para los más modernos, que un talego de euros. Señores iluminados que en este país el 80% de los concejales no cobran un solo euro. Otros como el que suscribe reciben por dietas 500 euros mal contados al año y los que se están “forrando” por estar en un ayuntamiento están muy controlados, se sabe y ustedes lo saben quiénes son. No reformen la ley electoral para reducir el número de ediles de este país. Releven a esos chupópteros de sus puestos pues en la mayoría de las ocasiones son de sus propios partidos. Y si a pesar de todo están en sus trece de reformar la ley de esa guisa no mientan. No nos digan que lo hacen por ahorrar, dígannos la verdad. Dígannos que lo que quieren es dar un nuevo tajo a la democracia que a este paso la van a dejar como un erial sin posibilidad de retoñar.
Hay otras maneras, otras formas más reales y objetivas de reducir el gasto de un parlamento y de un ayuntamiento.
Una vez más pensamos que la crisis ha sido, está siendo utilizada como escusa con la que se pretende ocultar una estrategia política de gran calado que pretende regresar a la recentralización en todos los niveles, léase estatal, autonómico y municipal. Se busca con auténtico descaro la anulación del modelo autonómico e incluso básicamente los regímenes forales de Navarra, CAV y el bloqueo del aumento de competencias de los catalanes con la asfixia económica. No nos dicen la verdad cuando afirman sin ruborizarse que la mayor deuda es la autonómica puesto que el 60% de la deuda de este país llamado España es del Estado y el 40% es de las autonomías. Además, en cualquier caso nunca debería ser argumento válido para actuar en la línea de anular las autonomías la existencia de la deuda pues por esa misma regla de tres deberíamos plantearnos la desaparición del Estado. Corrijamos las cosas de otra manera que es posible y es mucho más democrático.
Todo esto se manifiesta día tras día cuando se amenaza con aplicar el artículo 155 de la constitución mientras se nos oculta los porqués de esta forma de proceder. Y los porqués son fundamentalmente que no creen en la democracia real y efectiva como base fundamental de gobierno sea en el nivel que sea. Por otra parte adelgazar, como ellos dicen, la administración autonómica y local es una exigencia, una contraprestación que se nos está pidiendo sí o sí por el rescate blando, semiblando, duro, total o como se quiera llamar. Sí, esa es una de las exigencias lo mismo que la petición de que baje la factura de las pensiones por mucho que el sr Rajoy diga que las pensiones ni tocar. Claro que bajando el tono añadió “el próximo año”.
Y claro, lo duro de digerir es que estas exigencias las plantee entre otros un señor que no ha sido elegido por nadie democráticamente. Un señor con un pasado más que sospechoso, privatizador de las grandes empresas públicas italianas y que fue el ocultador de la realidad económica griega. Ocultación que, al decir de los entendidos, permitió la entrada de Grecia en el euro. Nos estamos refiriendo al Mario Draghi al servicio de la Sra. Merkel y compañía al que difícilmente se le puede creer una sola palabra cuando estamos viendo cómo el BCE que él preside maneja las primas, los mercados y la madre que va como le da la gana con sus manifestaciones al socaire de la dueña y señora.
Como leía esta mañana, somos un simple y servil protectorado germano dirigido parcialmente por las 200 familias de siempre y por sus fieles representantes. “Alemania ha conseguido un sueño que perseguía desde principios del siglo XX y que le supuso perder dos guerras”. Ha conseguido dominar Europa sin despeinarse por la sumisión de nuestros políticos.
Pero, a lo que estamos, tuerto. Que hay otras maneras mucho más claras y objetivas de ahorrar sin pensar en disminuir el número de concejales y de parlamentarios. Que antes de hacer eso hay que hacer otras muchas cosas. Hay que reformar una ley electoral para impedir que se pueda gobernar con minorías como si se tuviese el apoyo amplio de las mayorías. Que hay que poner los medios para que la cosa pública sea apetecible para las personas más capaces. Que antes de cargarse los concejales con la excusa del ahorro hay que ahorrar eliminando todos los chupópteros de asesores económicos, fiscales, judiciales, etc. etc. que están prácticamente en nómina en los ayuntamientos y se llevan una pasta gansa haciendo en muchos casos la labor que deberían y pueden hacer los profesionales, léase secretarias, auxiliares de secretarias, etc. Centralicen servicios de los profesionales, servicios a prestar a varios pueblos siempre que se gane en eficacia y se eviten duplicidades innecesarias. Pero no centralicen la democracia que se les ve el plumero aunque se lo tapen con el gran sombrero de la crisis.
En fin, que dicho así, menos parlamentarios y menos concejales nos lleva a menos democracia y eso no es lo que queremos ni lo que necesitamos.
José Luis Ochoa