sábado, 8 de febrero de 2014

EN LA UVI Y EN COMA INDUCIDO


EN LA UVI Y EN COMA INDUCIDO

Hace apenas unos años cuando oíamos que a algún enfermo le habían ingresado en la UVI de un hospital, automáticamente nos poníamos en lo peor. No sabemos porqué pero era como una especie de sentencia de muerte para quien tenía la desgracia de ser ingresado en la Unidad de Vigilancia Intensiva de cualquier centro sanitario. Era una situación en la que aparentemente se vigilaba más intensamente al paciente que en una habitación de planta pero con no demasiadas esperanzas de poder devolverlo plenamente a la vida, de poder verlo totalmente restablecido, de poder verlo vivito y coleando como si nada hubiese pasado o incluso más fortalecido por haber sido capaz de superar su grave enfermedad.

Pues bien, no voy a dedicar esta entrada a disertar sobre los servicios de UVI de los hospitales, hoy llamados UCI, es decir Unidades de Cuidados Intensivos. Denominación que, dicho sea de paso, refleja mucho mejor cuanto acontece, cuanto se realiza,  en esos departamentos hospitalarios en el sentido de que son unidades mucho más ligadas a los aspectos activos de tratamiento de enfermedad y no solo de vigilancia del paciente. Simplemente he hecho referencia a la UVI para reflejar, denunciar, manifestar nuestra opinión sobre la situación en la que entendemos se encuentra la democracia en este país. Si, si, entendemos que actualmente se mire por donde se mire, se analice lo que se analice, si somos medianamente lógicos, tenemos que concluir que nuestra democracia se encuentra sencillamente en la UVI. Esta sencillamente en la UVI y no la vemos ni tan siquiera en la UCI. Sin embargo pensamos que de una u otra manera deberíamos entre todos ubicarla en la UCC, Unidad de Cuidados Críticos o en la UMI, Unidad de Medicina Intensiva si no queremos verla desaparecer de nuestras vidas con todo lo que esto puede suponer de quiebra social, de fractura social, de crispación, de hundimiento moral y en definitiva de degradación social para nosotros y para las generaciones venideras durante las próximas décadas.

No es mi intención hacer aqui y ahora una listado de hechos y aspectos de la vida cotidiana de este país que todos los días podemos ver reflejados en los medios de comunicación con mayor o menor ecuanimidad. Que la justicia en este país no funciona como debía es más que evidente. Es más que evidente por el  hecho de que no se mide a todo el mundo con el mismo rasero. ¿La infanta?. Y todo lo que no es la infanta. Hemos llegado a una desfachatez moral tal que aqui pide indulto todo hijo de vecino. Claro, todo hijo de vecino que ha hecho algo mal porque quien no ha hecho nada indecente no tiene necesidad de pedirlo. ¿A dónde van los Muñoz, Ortegas, Matas, Del Nido, políticos al uso y en activo, etc. etc.? ¿Que tienen derecho a hacerlo? Pues lo tendrán pero yo ciudadano también tengo derecho y libertad para pensar y opinar sobre ese hecho de la petición del indulto lo que me dé la gana.

Aqui el número de políticos, sindicalistas, etc. imputados, arropados y defendidos por sus propios partidos y compañeros de "fatigas", etc. es tan ingente que parece hemos asumido que lo lógico es que uno entre en política para forrarse. Es tal el nivel de trapicheo, robo, abuso de poder, desfalco descarado, etc. que estamos asumiendo que aquí nunca pasa nada y que aqui no hay otro dios que el poder y el dinero adobados con mentiras descaradas y de frecuencia diaria. Es tal el nivel de corrupción económica y moral que  se está desarmando a una gran parte de la ciudadanía en lo más profundo de su ser. Esta situación está dejando a la ciudadanía a los pies de los caballos de los recortes salariales, sanitarios, educativos y de todo tipo y nos están  hundiendo, como quien no quiere la cosa, en el fango del  desasosiego, del aqui no hay nada que hacer, del esto no tiene arreglo, hasta tal punto de que comenzamos a considerar que lo que ayer tenía un valor incuestionable hoy ya no sirve, léase la democracia, la libertad, etc. Mientras el 95% de los españoles cree que la corrupción en esta país está generalizada, uno se resiste a pensar que todo es posible en este descenso hacía lo más oscuro de la democracia. Y uno se resiste a pensarlo porque aunque no creemos en el efecto dinamizador hacia el cambio positivo y de arreglo de la situación que un informe de Bruselas pueda tener cuando alerta  de la corrupción política de este país especialmente en comunidades y ayuntamientos , no nos resignamos a permitir que unos desalmados entierren aquello que tanto ha costado conseguir. Es cierto que lo peor que puede sucederle a un gobierno, sea del nivel que sea, estatal, regional o municipal, es que mienta de forma sistemática a los ciudadanos aparentando creerse hasta sus propias mentiras. Uno tiene la sensación que con demasiada frecuencia nos topamos con gobiernos, insisto en los distintos niveles de gobernanza, más cercanos a la mafia que a la democracia.

Sí,  es que, a nuestro humilde entender, mienten con todas las letras cuando resulta que ha subido el paro 113.097 personas (en Navarra 1.675 llegando hasta los 53.163 parados) y comienzan a marear la perdiz diciendo que según por donde se mire todo va bien. Esto ya no se lo cree nadie medianamente inteligente. Si ha subido el paro en 113.039 personas ha subido 113.039 personas y no nos vengan con milongas señores políticos  malabaristas del engaño. Si han subido las listas de espera, Sra. Vera, han subido las listas de espera se ponga como se ponga y la responsable de la sanidad en esta tierra nuestra cada día más esquilmada y más metida en la rueda de la corrupción, de la desfachatez, etc. es usted, de momento. Otra cosa es que como en todo mientras no nos pisan nuestro propio callo nos callemos, no nos quejemos en la media y con la rotundidad que deberíamos hacerlo para cambiar esta situación. Mientras yo no tenga que acudir al médico pues como que las listas de espera las vemos mucho más lejos que donde en realidad están. Lo de echar balones fuera y achacar a la crisis, que por otra parte los ciudadanos de a pie no hemos provocado, todos los males que nos aquejan se ha convertido en el deporte nacional y sobre todo en el deporte de los políticos indecentes y sin escrúpulos que haberlos haylos en gran medida por estos lares.

Con todo y con ello, uno piensa que esto no es lo más grave. Lo más grave es que han metido la democracia en la UVI y con sus mentiras, con sus decían ayer que el dinero prestado a la banca se devolvería y hoy asumen que ese dinero ya no lo van a devolver,  con sus afirmaciones de que las grandes cifras macroeconómicas, que el ciudadano de a pie ni entendemos ni queremos entender pues de lo que entendemos y queremos entender es del día a día, de si el recibo de la luz ha subido o no (no lo que nos  digan si no lo que vemos, es decir, si pagamos hoy más que el mes pasado por el recibo de la luz), van bien, etc.. Es que estamos hasta las narices y no nos creemos aquello de que ya se vislumbra la luz al final del túnel. Que es que estamos hasta las mismas narices de luces a final del túnel, de brotes verdes y de mentiras. Que es que estamos hasta las mismas narices del  que vamos en la buena dirección, del que fuera del PP no hay nada, del que...  Todo esto pensamos es lo que ha situado a la democracia en coma inducido y de esta situación no hay más que una manera de salir.

O aqui nos involucramos los ciudadanos o sencillamente no saldremos de esta situación. Y claro, inmediatamente nos preguntamos y ¿cómo?. En primer lugar abandonado el sofá. Somos consientes que no podemos hacer grandes cosas con las corrupciones a nivel nacional, de los políticos de gran nivel, de los ejecutivos y banqueros que en plena crisis no han tenido ningún empacho en asegurarse sus prebendas de por vida y para todos sus descendientes. Poco o nada podemos hacer con el mal funcionamiento de la justicia. Poco o nada apodemos hacer con.... es cierto. Pero a mí me sale por una friolera que la princesa vaya a declarar andando, en coche o en burro. Pero lo que no me da igual es que la gente de mi pueblo, de mi entorno no se involucre más en aquello en lo que puede incidir. Pero lo que a mí no me da igual ni me sale por una friolera es que la gente de mi pueblo, de mi entorno se sienta "pasota" y piense que aquí no hay nada que hacer. Pero a mí lo que no me sale por una friolera es que aqui la legitimidad democrática que implica la soberanía popular, o dicho de otra forma, el consentimiento de los gobernados se obvie un día sí y otro también por la despreocupación del personal, por la falta de compromiso del ciudadano.

Se supone que en una democracia en última instancia el pueblo es el árbitro y por tanto no basta con que elija a sus representantes cada cierto tiempo sino que también debe tener el derecho y la capacidad de decir sí o no a las políticas ejercidas día a día por sus gobiernos sean del nivel que sean. ¿Cómo puede sentirse soberano un pueblo si ni siquiera sabe quien está tomando las decisiones que afectan a sus vidas? ¿Cómo puede sentirse soberano un pueblo si cuando por un casual se entera que quien está tomando realmente las decisiones en sus municipios son personas ajenas a sus propios ayuntamientos, son personas distintas a las que ellos han elegido democráticamente? A veces la sutileza del poder legitimo hace que sea difícil identifícalos y sobre todo difícil de demostrar pero existir existen, darse se da un día sí y otro también.

A lo dicho la democracia en la UVI y en coma inducido y o la sacamos entre todos de esta situación o negro futuro nos aguarda, mientras unos y otros están sembrando nuestras calles con gasolina en forma de recortes en gastos sociales, desempleo, obscurantismo, pactos secretos aparentemente inconfesables y por supuesto injustificables desde un punto de vista democrático que permiten tengan las manijas de los gobiernos incluso en los más pequeños ayuntamientos de nuestro entorno quienes no han sido ratificados en las urnas con mayorías suficientes para gobernar.

Ojala entre todos seamos capaces de sacar a esta democracia rápidamente de esa UVI en que se encuentra pues uno sospecha que el tiempo para hacerlo se va acabando  de manera alarmante. Esto sencillamente no va y está acabando con la paciencia de la gente. Falta talento, altura de miras e ideas a todos los niveles y también en mi pueblo.

José Luis Ochoa