EN
LA UVI Y EN COMA INDUCIDO
Hace apenas unos años cuando oíamos que a algún
enfermo le habían ingresado en la UVI de un hospital, automáticamente nos
poníamos en lo peor. No sabemos porqué pero era como una especie de sentencia
de muerte para quien tenía la desgracia de ser ingresado en la Unidad de
Vigilancia Intensiva de cualquier centro sanitario. Era una situación en la que
aparentemente se vigilaba más intensamente al paciente que en una habitación de
planta pero con no demasiadas esperanzas de poder devolverlo plenamente a la
vida, de poder verlo totalmente restablecido, de poder verlo vivito y coleando
como si nada hubiese pasado o incluso más fortalecido por haber sido capaz de
superar su grave enfermedad.
Pues bien, no voy a dedicar esta entrada a disertar
sobre los servicios de UVI de los hospitales, hoy llamados UCI, es decir
Unidades de Cuidados Intensivos. Denominación que, dicho sea de paso, refleja
mucho mejor cuanto acontece, cuanto se realiza,
en esos departamentos hospitalarios en el sentido de que son unidades
mucho más ligadas a los aspectos activos de tratamiento de enfermedad y no solo
de vigilancia del paciente. Simplemente he hecho referencia a la UVI para
reflejar, denunciar, manifestar nuestra opinión sobre la situación en la que
entendemos se encuentra la democracia en este país. Si, si, entendemos que
actualmente se mire por donde se mire, se analice lo que se analice, si somos
medianamente lógicos, tenemos que concluir que nuestra democracia se encuentra
sencillamente en la UVI. Esta sencillamente en la UVI y no la vemos ni tan
siquiera en la UCI. Sin embargo pensamos que de una u otra manera deberíamos
entre todos ubicarla en la UCC, Unidad de Cuidados Críticos o en la UMI, Unidad
de Medicina Intensiva si no queremos verla desaparecer de nuestras vidas con
todo lo que esto puede suponer de quiebra social, de fractura social, de
crispación, de hundimiento moral y en definitiva de degradación social para
nosotros y para las generaciones venideras durante las próximas décadas.
No es mi intención hacer aqui y ahora una listado
de hechos y aspectos de la vida cotidiana de este país que todos los días
podemos ver reflejados en los medios de comunicación con mayor o menor
ecuanimidad. Que la justicia en este país no funciona como debía es más que
evidente. Es más que evidente por el hecho de que no se mide a todo el mundo con el
mismo rasero. ¿La infanta?. Y todo lo que no es la infanta. Hemos llegado a una
desfachatez moral tal que aqui pide indulto todo hijo de vecino. Claro, todo
hijo de vecino que ha hecho algo mal porque quien no ha hecho nada indecente no
tiene necesidad de pedirlo. ¿A dónde van los Muñoz, Ortegas, Matas, Del Nido, políticos
al uso y en activo, etc. etc.? ¿Que tienen derecho a hacerlo? Pues lo tendrán
pero yo ciudadano también tengo derecho y libertad para pensar y opinar sobre
ese hecho de la petición del indulto lo que me dé la gana.
Aqui el número de políticos, sindicalistas, etc.
imputados, arropados y defendidos por sus propios partidos y compañeros de
"fatigas", etc. es tan ingente que parece hemos asumido que lo lógico
es que uno entre en política para forrarse. Es tal el nivel de trapicheo, robo,
abuso de poder, desfalco descarado, etc. que estamos asumiendo que aquí nunca
pasa nada y que aqui no hay otro dios que el poder y el dinero adobados con
mentiras descaradas y de frecuencia diaria. Es tal el nivel de corrupción
económica y moral que se está desarmando
a una gran parte de la ciudadanía en lo más profundo de su ser. Esta situación
está dejando a la ciudadanía a los pies de los caballos de los recortes
salariales, sanitarios, educativos y de todo tipo y nos están hundiendo, como quien no quiere la cosa, en
el fango del desasosiego, del aqui no
hay nada que hacer, del esto no tiene arreglo, hasta tal punto de que
comenzamos a considerar que lo que ayer tenía un valor incuestionable hoy ya no
sirve, léase la democracia, la libertad, etc. Mientras el 95% de los españoles
cree que la corrupción en esta país está generalizada, uno se resiste a pensar
que todo es posible en este descenso hacía lo más oscuro de la democracia. Y
uno se resiste a pensarlo porque aunque no creemos en el efecto dinamizador
hacia el cambio positivo y de arreglo de la situación que un informe de
Bruselas pueda tener cuando alerta de la
corrupción política de este país especialmente en comunidades y ayuntamientos ,
no nos resignamos a permitir que unos desalmados entierren aquello que tanto ha
costado conseguir. Es cierto que lo peor que puede sucederle a un gobierno, sea
del nivel que sea, estatal, regional o municipal, es que mienta de forma
sistemática a los ciudadanos aparentando creerse hasta sus propias mentiras.
Uno tiene la sensación que con demasiada frecuencia nos topamos con gobiernos,
insisto en los distintos niveles de gobernanza, más cercanos a la mafia que a
la democracia.
Sí, es
que, a nuestro humilde entender, mienten con todas las letras cuando resulta
que ha subido el paro 113.097 personas (en Navarra 1.675 llegando hasta los 53.163
parados) y comienzan a marear
la perdiz diciendo que según por donde se mire todo va bien. Esto ya no se lo
cree nadie medianamente inteligente. Si ha subido el paro en 113.039 personas
ha subido 113.039 personas y no nos vengan con milongas señores políticos malabaristas del engaño. Si han subido las
listas de espera, Sra. Vera, han subido las listas de espera se ponga como se
ponga y la responsable de la sanidad en esta tierra nuestra cada día más
esquilmada y más metida en la rueda de la corrupción, de la desfachatez, etc.
es usted, de momento. Otra cosa es que como en todo mientras no nos pisan
nuestro propio callo nos callemos, no nos quejemos en la media y con la
rotundidad que deberíamos hacerlo para cambiar esta situación. Mientras yo no
tenga que acudir al médico pues como que las listas de espera las vemos mucho
más lejos que donde en realidad están. Lo de echar balones fuera y achacar a la
crisis, que por otra parte los ciudadanos de a pie no hemos provocado, todos
los males que nos aquejan se ha convertido en el deporte nacional y sobre todo
en el deporte de los políticos indecentes y sin escrúpulos que haberlos haylos
en gran medida por estos lares.
Con todo y con ello, uno piensa que esto no es lo
más grave. Lo más grave es que han metido la democracia en la UVI y con sus
mentiras, con sus decían ayer que el dinero prestado a la banca se devolvería y
hoy asumen que ese dinero ya no lo van a devolver, con sus afirmaciones de que las grandes cifras
macroeconómicas, que el ciudadano de a pie ni entendemos ni queremos entender
pues de lo que entendemos y queremos entender es del día a día, de si el recibo
de la luz ha subido o no (no lo que nos digan si no lo que vemos, es decir, si pagamos
hoy más que el mes pasado por el recibo de la luz), van bien, etc.. Es que estamos
hasta las narices y no nos creemos aquello de que ya se vislumbra la luz al
final del túnel. Que es que estamos hasta las mismas narices de luces a final
del túnel, de brotes verdes y de mentiras. Que es que estamos hasta las mismas
narices del que vamos en la buena
dirección, del que fuera del PP no hay nada, del que... Todo esto pensamos es lo que ha situado a la
democracia en coma inducido y de esta situación no hay más que una manera de
salir.
O aqui nos involucramos los ciudadanos o
sencillamente no saldremos de esta situación. Y claro, inmediatamente nos
preguntamos y ¿cómo?. En primer lugar abandonado el sofá. Somos consientes que
no podemos hacer grandes cosas con las corrupciones a nivel nacional, de los
políticos de gran nivel, de los ejecutivos y banqueros que en plena crisis no
han tenido ningún empacho en asegurarse sus prebendas de por vida y para todos
sus descendientes. Poco o nada podemos hacer con el mal funcionamiento de la
justicia. Poco o nada apodemos hacer con.... es cierto. Pero a mí me sale por
una friolera que la princesa vaya a declarar andando, en coche o en burro. Pero
lo que no me da igual es que la gente de mi pueblo, de mi entorno no se
involucre más en aquello en lo que puede incidir. Pero lo que a mí no me da
igual ni me sale por una friolera es que la gente de mi pueblo, de mi entorno
se sienta "pasota" y piense que aquí no hay nada que hacer. Pero a mí
lo que no me sale por una friolera es que aqui la legitimidad democrática que
implica la soberanía popular, o dicho de otra forma, el consentimiento de los
gobernados se obvie un día sí y otro también por la despreocupación del
personal, por la falta de compromiso del ciudadano.
Se supone que en una democracia en última
instancia el pueblo es el árbitro y por tanto no basta con que elija a sus
representantes cada cierto tiempo sino que también debe tener el derecho y la
capacidad de decir sí o no a las políticas ejercidas día a día por sus
gobiernos sean del nivel que sean. ¿Cómo puede sentirse soberano un pueblo si
ni siquiera sabe quien está tomando las decisiones que afectan a sus vidas?
¿Cómo puede sentirse soberano un pueblo si cuando por un casual se entera que quien
está tomando realmente las decisiones en sus municipios son personas ajenas a
sus propios ayuntamientos, son personas distintas a las que ellos han elegido
democráticamente? A veces la sutileza del poder legitimo hace que sea difícil identifícalos
y sobre todo difícil de demostrar pero existir existen, darse se da un día sí y
otro también.
A lo dicho la democracia en la UVI y en coma inducido
y o la sacamos entre todos de esta situación o negro futuro nos aguarda,
mientras unos y otros están sembrando nuestras calles con gasolina en forma de
recortes en gastos sociales, desempleo, obscurantismo, pactos secretos
aparentemente inconfesables y por supuesto injustificables desde un punto de
vista democrático que permiten tengan las manijas de los gobiernos incluso en
los más pequeños ayuntamientos de nuestro entorno quienes no han sido
ratificados en las urnas con mayorías suficientes para gobernar.
Ojala entre todos seamos capaces de sacar a esta
democracia rápidamente de esa UVI en que se encuentra pues uno sospecha que el tiempo para hacerlo se
va acabando de manera alarmante. Esto sencillamente
no va y está acabando con la paciencia de la gente. Falta talento, altura de
miras e ideas a todos los niveles y también en mi pueblo.
José Luis Ochoa