domingo, 23 de junio de 2013

MORIR EN LAS ROTONDAS


MORIR EN LAS ROTONDAS

Viernes 21 de junio de 2013. Acababa de llegar de dar mi diario paseo por los caminos de mi pueblo contemplando el lento amarillear de las cebadas con el contraste de las malas hierbas, todavía muy verdes, sobresaliendo por encima de las granadas cabezas negándose a marchitarse y mostrando su rebeldía a secarse ayudadas por la interminable humedad de esta extraña primavera que acaba de terminar. Nos disponemos a ver si hay alguna nueva y última noticia desde que esta lluviosa mañana releí, como es mi costumbre, la prensa. Y ahí esta en primer lugar la noticia: matrimonio de Ansoaín muerto en la rotonda de Tajonar. En esa maldita rotonda que por un motivo o por otro solemos transitar con bastante frecuencia. En ella hemos contemplado con bastante frecuencia diversos accidentes. Esa era la noticia con las consabidas iniciales de los fallecidos y suena el teléfono. Es un medio de prensa de comunicación local. Maldita cobertura, se corta la comunicación y a los dos minutos vuelve a sonar el móvil. Hola, José Luis, cómo estás?. Dime, XXX. ¿Has visto la noticia del accidente? Sí, en este momento estaba viendo la pantalla del ordenador. Es de tu pueblo el fallecido .¡No fastidies!. Sí, es José Javier Pérez de Ciriza Iragui, ¿le conoces? Si, por supuesto, es un chaval de Allo. Te llamaba por si podías decirme algo de su familia, por si tenias alguna foto suya, etc. Déjame que piense un poco. Se vuelve a cortar la comunicación. A los dos minutos vuelve a sonar el teléfono. Sigo estando  un tanto aturdido. Perdona XXX, si no te importa, te llamo yo en diez minutos. XXXX (con el teléfono fijo a ver si así no se corta la comunicación) como te decía es de una familia muy conocida de Allo, su padre murió también siendo más o menos de la edad de su hijo ahora fallecido, su madre entre otras cosas fue bibliotecaria durante muchos años, etc. etc. XXXX por favor, ya sabes que no me gusta demasiado este tipo de entrevistas por teléfono, por favor pon de lo que te digo lo que quieras pero estoy todavía sumido en una especie de desconcierto y bastante afectado y no me gustaría que publicases ningún tipo de incorrección. Descuida José Luis. Volvieron a llamarme dos veces más. ¿Y las fotos? No he podido encontrarte ninguna. No era cierto, no me molesté en buscar en mi amplio archivo de fotografías y además que parte de él no lo tengo en Allo.
En el transcurrir de las horas se fueron sucediendo noticias, prensa, comentarios, llamadas por teléfono, etc. ¡Maldita rotonda! Páginas de periódico enteras del accidente, fotos, comentarios, culpable del maldito accidente, lugar del funeral, etc. etc. etc.

Sí, como era de prever, demasiada velocidad por parte del camión que segó las vidas de José Javier y Mª José. La mala suerte de pasar en ese preciso instante por esa maldita rotonda. Cientos de comentarios en las redes sociales, cantidad de comentarios a los artículos de prensa, una página llena de esquelas, un funeral multitudinario de los que se recuerdan por mucho tiempo en la parroquia de tu pueblo. Tus amigos, conocidos, compañeros de trabajo, etc. etc. Muchos "forasteros" aunque en esos momentos nadie es forastero en este pueblo. Todos son amigos, personas que quieren acompañar a tu madre, a tu hermana y a tus familiares aturdidos por el impacto de vuestra repentina desaparición de entre nosotros. Todos con la mirada puesta en esos dos hijos que dejáis y que tienen toda una vida por delante. Esos hijos que dejáis de manera similar a como los dejo José Antonio, tu padre, José Javier, que se fue tan joven como tú. También tocaba la guitarra, también era alegre, también.... Uno, que ya va teniendo una edad, y en los habituales desvelos de estas noches termina pensando y recordando multitud de cosas mientras escucha por enésima vez las noticias de actualidad. Piensa en los porqués de estas sinrazones, de estas desgracias. Si, muy bien tu sobrina leyendo en el funeral, tus amigos,  tus compañeros de trabajo, la entereza de tu madre y de tu hermana recibiendo el pésame de cuantos han querido acercarse en la iglesia a darles un abrazo, un beso e incluso una palabra de ánimo. Pero la maldita rotonda..... entre otras cosas os ha arrancado de entre nosotros de manera brutal e ilógica.

Rotondas, rotondas, y variantes. También, como sabéis, en Allo tenemos una variante que nos trae a mango de gorra y nos tiene continuamente preocupados. Más de una vez en estas horas he pensado en las rotondas que esta variante tiene, en los múltiples accidentes habidos en ellas. Algunos de  ellos graves y otros no lo han sido por pura casualidad, por pura suerte. Suerte que no habéis tenido vosotros Mª José y José Javier. Siempre la misma respuesta: es problema de que se va a demasiada velocidad. ¿Porqué no miran hacía sus adentros los técnicos responsables? ¿Porqué no admiten que se han equivocado en el diseño de rotondas, etc.? ¿Porqué no......? Parece que estamos en los mismos tiempos en que para que se arreglase una curva tenían que morir no sé cuantas personas. No he oído a ningún responsable del Gobierno de Navarra decir que se va a arreglar, que se va a hacer esto o lo otro con la finalidad de hacerlas más seguras. ¿También tendrán que morir no sé cuantas personas  en la variante de nuestro pueblo para que se tomen medidas eficaces?.
No, no, y no. Cuando un profesor con cincuenta alumnos en clase suspende a cuarenta y cinco no puede echar la culpa siempre y exclusivamente a los alumnos. Algo tendrá que ver él en el resultado tan ilógico.

Ojala que vuestras muertes absurdas e ilógicas sirvan para algo. Espero que tu madre, seguidora de este humilde blog, a la que me une una muy buena amistad por distintos motivos, sea capaz de contaros el arropamiento que ha sentido en estos difíciles momentos. Sí, porque estoy convencido que, estéis donde estéis, las madres tienen también en estos momentos alguna especie de autopista de comunicación con los hijos incluso en estos momentos tan trágicos y aunque no estén presentes.
Este tu pueblo (vuestro pueblo) de Allo lleva ya bastantes meses, incluso años, sorprendiéndose por muertes y desapariciones de personas jóvenes en circunstancias más o menos trágicas y no se acostumbra. Pero estéis donde estéis, os prometemos que vamos a seguir peleando porque las cosas cambien, porque las malditas rotondas o variantes se mejoren.

Hasta siempre y no queremos que nadie más sea un simple sumando al resultado de morir en las malditas rotondas mal diseñadas, mal peraltadas y en definitiva demasiado inseguras. Que se actué de una vez por todas y así, tal vez, vuestra absurda muerte no habrá sido en balde.

José Luis Ochoa