MORIR
EN LAS ROTONDAS
Viernes 21 de junio de 2013.
Acababa de llegar de dar mi diario paseo por los caminos de mi pueblo
contemplando el lento amarillear de las cebadas con el contraste de las malas
hierbas, todavía muy verdes, sobresaliendo por encima de las granadas cabezas negándose
a marchitarse y mostrando su rebeldía a secarse ayudadas por la interminable
humedad de esta extraña primavera que acaba de terminar. Nos disponemos a ver
si hay alguna nueva y última noticia desde que esta lluviosa mañana releí, como
es mi costumbre, la prensa. Y ahí esta en primer lugar la noticia: matrimonio
de Ansoaín muerto en la rotonda de Tajonar. En esa maldita rotonda que por un
motivo o por otro solemos transitar con bastante frecuencia. En ella hemos
contemplado con bastante frecuencia diversos accidentes. Esa era la noticia con
las consabidas iniciales de los fallecidos y suena el teléfono. Es un medio de
prensa de comunicación local. Maldita cobertura, se corta la comunicación y a
los dos minutos vuelve a sonar el móvil. Hola, José Luis, cómo estás?. Dime,
XXX. ¿Has visto la noticia del accidente? Sí, en este momento estaba viendo la
pantalla del ordenador. Es de tu pueblo el fallecido .¡No fastidies!. Sí, es
José Javier Pérez de Ciriza Iragui, ¿le conoces? Si, por supuesto, es un chaval
de Allo. Te llamaba por si podías decirme algo de su familia, por si tenias
alguna foto suya, etc. Déjame que piense un poco. Se vuelve a cortar la
comunicación. A los dos minutos vuelve a sonar el teléfono. Sigo estando un tanto aturdido. Perdona XXX, si no te
importa, te llamo yo en diez minutos. XXXX (con el teléfono fijo a ver si así
no se corta la comunicación) como te decía es de una familia muy conocida de
Allo, su padre murió también siendo más o menos de la edad de su hijo ahora
fallecido, su madre entre otras cosas fue bibliotecaria durante muchos años,
etc. etc. XXXX por favor, ya sabes que no me gusta demasiado este tipo de
entrevistas por teléfono, por favor pon de lo que te digo lo que quieras pero
estoy todavía sumido en una especie de desconcierto y bastante afectado y no me
gustaría que publicases ningún tipo de incorrección. Descuida José Luis.
Volvieron a llamarme dos veces más. ¿Y las fotos? No he podido encontrarte
ninguna. No era cierto, no me molesté en buscar en mi amplio archivo de fotografías
y además que parte de él no lo tengo en Allo.
En el transcurrir de las horas se
fueron sucediendo noticias, prensa, comentarios, llamadas por teléfono, etc.
¡Maldita rotonda! Páginas de periódico enteras del accidente, fotos,
comentarios, culpable del maldito accidente, lugar del funeral, etc. etc. etc.
Sí, como era de prever, demasiada
velocidad por parte del camión que segó las vidas de José Javier y Mª José. La
mala suerte de pasar en ese preciso instante por esa maldita rotonda. Cientos
de comentarios en las redes sociales, cantidad de comentarios a los artículos
de prensa, una página llena de esquelas, un funeral multitudinario de los que
se recuerdan por mucho tiempo en la parroquia de tu pueblo. Tus amigos,
conocidos, compañeros de trabajo, etc. etc. Muchos "forasteros"
aunque en esos momentos nadie es forastero en este pueblo. Todos son amigos,
personas que quieren acompañar a tu madre, a tu hermana y a tus familiares
aturdidos por el impacto de vuestra repentina desaparición de entre nosotros.
Todos con la mirada puesta en esos dos hijos que dejáis y que tienen toda una
vida por delante. Esos hijos que dejáis de manera similar a como los dejo José
Antonio, tu padre, José Javier, que se fue tan joven como tú. También tocaba la
guitarra, también era alegre, también.... Uno, que ya va teniendo una edad, y
en los habituales desvelos de estas noches termina pensando y recordando
multitud de cosas mientras escucha por enésima vez las noticias de actualidad. Piensa
en los porqués de estas sinrazones, de estas desgracias. Si, muy bien tu
sobrina leyendo en el funeral, tus amigos, tus compañeros de trabajo, la entereza de tu
madre y de tu hermana recibiendo el pésame de cuantos han querido acercarse en
la iglesia a darles un abrazo, un beso e incluso una palabra de ánimo. Pero la
maldita rotonda..... entre otras cosas os ha arrancado de entre nosotros de
manera brutal e ilógica.
Rotondas, rotondas, y variantes. También,
como sabéis, en Allo tenemos una variante que nos trae a mango de gorra y nos
tiene continuamente preocupados. Más de una vez en estas horas he pensado en
las rotondas que esta variante tiene, en los múltiples accidentes habidos en
ellas. Algunos de ellos graves y otros
no lo han sido por pura casualidad, por pura suerte. Suerte que no habéis
tenido vosotros Mª José y José Javier. Siempre la misma respuesta: es problema
de que se va a demasiada velocidad. ¿Porqué no miran hacía sus adentros los
técnicos responsables? ¿Porqué no admiten que se han equivocado en el diseño de
rotondas, etc.? ¿Porqué no......? Parece que estamos en los mismos tiempos en
que para que se arreglase una curva tenían que morir no sé cuantas personas. No
he oído a ningún responsable del Gobierno de Navarra decir que se va a
arreglar, que se va a hacer esto o lo otro con la finalidad de hacerlas más
seguras. ¿También tendrán que morir no sé cuantas personas en la variante de nuestro pueblo para que se
tomen medidas eficaces?.
No, no, y no. Cuando un profesor
con cincuenta alumnos en clase suspende a cuarenta y cinco no puede echar la
culpa siempre y exclusivamente a los alumnos. Algo tendrá que ver él en el
resultado tan ilógico.
Ojala que vuestras muertes
absurdas e ilógicas sirvan para algo. Espero que tu madre, seguidora de este
humilde blog, a la que me une una muy buena amistad por distintos motivos, sea
capaz de contaros el arropamiento que ha sentido en estos difíciles momentos.
Sí, porque estoy convencido que, estéis donde estéis, las madres tienen también
en estos momentos alguna especie de autopista de comunicación con los hijos
incluso en estos momentos tan trágicos y aunque no estén presentes.
Este tu pueblo (vuestro pueblo) de
Allo lleva ya bastantes meses, incluso años, sorprendiéndose por muertes y
desapariciones de personas jóvenes en circunstancias más o menos trágicas y no
se acostumbra. Pero estéis donde estéis, os prometemos que vamos a seguir
peleando porque las cosas cambien, porque las malditas rotondas o variantes se
mejoren.
Hasta siempre y no queremos que
nadie más sea un simple sumando al resultado de morir en las malditas rotondas
mal diseñadas, mal peraltadas y en definitiva demasiado inseguras. Que se actué
de una vez por todas y así, tal vez, vuestra absurda muerte no habrá sido en
balde.
José Luis Ochoa