jueves, 26 de septiembre de 2013

LA ILOGICA DEL PODER


LA ILOGICA DEL PODER
No sé si enmarca perfectamente este título el contenido de cuanto quiero transmitir a continuación o mejor debía haber titulado la ilógica de los partidos políticos pues, tal y como está estructurada nuestra sociedad actualmente, son estos, los partidos políticos, los que aparentemente acaparan de manera preferente el poder en este campo de juego un tanto sucio y son estos los que con sus actuaciones  nos tienen inmersos en una ilógica constante un día sí y otro también. Recuerdo que años ha tuve un profesor que solía decir que la ilógica del comportamiento humano tiene mucho que ver con lo que se suele llamar el sentido común el cual, a veces, se viene a definir como el menos común de los sentidos.
Pues bien, estamos asistiendo últimamente a unos comportamientos y a unas actuaciones en los distintos estamentos de la política que se pretenden explicar o justificar  con una ilógica constante. Estos días con el tema del referéndum, consulta, o como se quiera llamar, de Cataluña estamos viendo cómo constantemente los mismos políticos que no tuvieron ningún reparo en reformar la constitución por la puerta trasera de la democracia introduciendo en la "sacrosanta constitución" el tema del déficit recurren a ella para justificar su postura como si fuese el argumento contra el que nada más se puede argumentar. Es evidente que, por un motivo o por otro se está planteando en este momento el tema de la posible  reforma de la constitución de una manera insistente. Estamos viendo cómo establecen el marco constitucional como algo inamovible. Pues algo no nos cuadra. ¿Porqué hace unos meses sí y de aquellas maneras y ahora no? Digamos rápidamente que pensamos que las constituciones se hacen con el mayor consenso posible para establecer el marco legislativo por el cual quiere regirse una sociedad. Digamos igualmente con total rotundidad que ese marco legal que el pueblo se da así mismo no se hace para que tenga vigencia in eternum, para que sea válido para siempre. Pensamos que una constitución no es algo que se deba cambiar al tres por dos cada vez que una parte de esa sociedad, que en un momento concreto y en unas circunstancias concretas la aprobó, decida cambiarla. Pero no es menos cierto que también la constitución es algo que puede quedarse en parte obsoleta y por tanto por el bien de la sociedad a la que ha servido debe reformarse, debe cambiarse. Igualmente pensamos que algo que en su momento se sometió a la voluntad del pueblo expresada democráticamente para su aprobación, si se ha de cambiar, deberá someterse en buena lógica al veredicto popular. No vale cambiarla porque el partido o partidos que en un momento concreto se ponen de acuerdo o están gobernando, aunque tengan la mayoría, decidan hacerlo máxime cuando en sus programas electorales, que entendemos es lo que refrendan los ciudadanos cuando les dan los votos en las elecciones, nada decían de sus intenciones de cambiar la constitución, ni por tanto en qué sentido ni cómo pensaban hacerlo.
¿Y en esta Navarra nuestra? Pues también mires por donde mires la ilógica del poder, léase de los partidos políticos, nos envuelve día tras día como niebla invernal que se posa en el valle donde habitamos dándonos la sensación de que el cielo azul y limpio del quehacer democrático ha desaparecido para siempre. Como muestra un botón. Estamos asistiendo desde hace meses, prácticamente desde que el PSN recibió una "patada en el trasero" por parte de la Sra. Barcina y dejó de gobernar con UPN a un constante "si pero no" que nos tiene cuando menos desconcertados.
Dicen que el gobierno de UPN está agotado, que está en minoría y que lo que habría que hacer es cambiarlo. Pero a continuación afirman que ellos con Bildu, etc.- por cierto, nos guste o no nos guste, toda ellas fuerzas políticas democráticas parlamentarias y elegidas por una parte importante de la ciudadanía navarra-, ni a comprar tabaco. Hemos defendido y defendemos, y no pretendemos dar lecciones a nadie, que cuando alguien se presenta y sale elegido para ocupar un puesto de alguna responsabilidad y representación política debe estar dispuesto a dialogar, acordar y consensuar cuanto sea necesario con quien sea siempre encaminado a conseguir el beneficio de la mayoría de los ciudadanos a los que se debe. Entonces pues que me expliquen cómo van a cambiar el gobierno porque las matemáticas no me cuadran, los números no me salen. ¿Nuevas elecciones? Tendrán que ponerse de acuerdo por lo menos para eso, es decir tendrán que ir por lo menos a por tabaco con las otras fuerzas políticas de la oposición. ¿O acaso piensan estos señores del PSN que por mucho que prediquen a los cuatro vientos el agotamiento del gobierno de UPN en minoría los señores de UPN van a convocar elecciones ahora mismo con la que está cayendo?. ¿No será que lo que ocurre es que tampoco los del PSN  quieren elecciones por miedo a perder parte del poder que ahora tienen, miedo a perder algunas de las poltronas bien remuneradas de parlamento, etc.? Desde nuestro punto de vista este decir una cosa y hacer otra es un ejemplo más de la ilógica instalada en el quehacer político.
¿Y qué decir del tema de Donapea de nuevo en el candelero estos días? Ayer como estábamos gobernando con UPN pues estábamos de acuerdo y ahora pues no porque resulta que... No, las circunstancias no han cambiado hoy respecto a 2010 en este tema. Entonces y ahora estaba igual de claro quién se iba a beneficiar de este obscuro asunto. Entonces y ahora la comunidad educativa tenia la misma postura de oposición al traslado, etc. etc. Claro, que rectificar es de sabios, que decía en otro día el máximo responsable del PSN. Malo o por lo menos sospechoso cuando alguien recurre a frases hechas para justificar sus actuaciones y al mismo tiempo pretende conseguir un autobombo asignándose cualidades que evidentemente no atesora. En política con demasiada frecuencia se actúa y se cambia de forma de hacer las cosas por intereses partidistas, por acaparar votos, por proximidad de elecciones, etc. etc. etc. Esto es lo que nos hace decir que con demasiada frecuencia vemos las actuaciones del poder inmersas en la ilógica además de en el obscurantismo, en la contradicción, y en el silencio en espera de que la tormenta escampe obviando de paso los intereses de la ciudadanía.
O acaso no es ilógico, como ocurre en mi pueblo, que haya un edificio sin estrenar que ha costado una buena pasta, que en principio estaba destinado a ser residencia de ancianos, que se está deteriorando a marchas forzadas, que dífilamente llegará a utilizarse para aquello a lo que estaba previsto, mientras echamos en falta con bastante asiduidad, por ejemplo el último fin de semana, una sala en condiciones donde poder contemplar una obra de teatro, escuchar una conferencia, etc. !!!Cuántas cosas os diría sobre este tema a todos los que componéis el maravilloso grupo Mireni y que tan buenos ratos nos hacéis pasar¡¡¡. De momento vaya también desde estas líneas mi agradecimiento y felicitación por vuestro buen hacer en particular el pasado fin de semana todavía cercano.
En fin que tal vez tenía toda la razón el profesor al que he hecho referencia al principio de este escrito cuando unos meses antes de abandonar este caminar por estos escabrosos lares me decía: "yo creo, José Luis, que el verdadero problema de nuestros políticos es que sencillamente no creen en la verdadera democracia y por tanto no se atreven a dejar decidir al pueblo soberano y por eso a menudo pretenden hacerle comulgar con ruedas de molino"
Así las cosas, es posible que tengan razón quienes creen que es necesario con urgencia un discurso y unos comportamientos más radicales y menos complacientes sobre el estado de las cosas. Tiempo al tiempo. Mientras tanto estamos soportando la ilógica del poder.

José Luis Ochoa