LA
ILOGICA DEL PODER
No sé si enmarca perfectamente
este título el contenido de cuanto quiero transmitir a continuación o mejor
debía haber titulado la ilógica de los partidos políticos pues, tal y como está
estructurada nuestra sociedad actualmente, son estos, los partidos políticos,
los que aparentemente acaparan de manera preferente el poder en este campo de
juego un tanto sucio y son estos los que con sus actuaciones nos tienen inmersos en una ilógica constante
un día sí y otro también. Recuerdo que años ha tuve un profesor que solía decir
que la ilógica del comportamiento humano tiene mucho que ver con lo que se
suele llamar el sentido común el cual, a veces, se viene a definir como el
menos común de los sentidos.
Pues bien, estamos asistiendo
últimamente a unos comportamientos y a unas actuaciones en los distintos
estamentos de la política que se pretenden explicar o justificar con una ilógica constante. Estos días con el
tema del referéndum, consulta, o como se quiera llamar, de Cataluña estamos
viendo cómo constantemente los mismos políticos que no tuvieron ningún reparo
en reformar la constitución por la puerta trasera de la democracia
introduciendo en la "sacrosanta constitución" el tema del déficit
recurren a ella para justificar su postura como si fuese el argumento contra el
que nada más se puede argumentar. Es evidente que, por un motivo o por otro se
está planteando en este momento el tema de la posible reforma de la constitución de una manera
insistente. Estamos viendo cómo establecen el marco constitucional como algo
inamovible. Pues algo no nos cuadra. ¿Porqué hace unos meses sí y de aquellas
maneras y ahora no? Digamos rápidamente que pensamos que las constituciones se
hacen con el mayor consenso posible para establecer el marco legislativo por el
cual quiere regirse una sociedad. Digamos igualmente con total rotundidad que
ese marco legal que el pueblo se da así mismo no se hace para que tenga
vigencia in eternum, para que sea válido para siempre. Pensamos que una
constitución no es algo que se deba cambiar al tres por dos cada vez que una
parte de esa sociedad, que en un momento concreto y en unas circunstancias
concretas la aprobó, decida cambiarla. Pero no es menos cierto que también la
constitución es algo que puede quedarse en parte obsoleta y por tanto por el
bien de la sociedad a la que ha servido debe reformarse, debe cambiarse.
Igualmente pensamos que algo que en su momento se sometió a la voluntad del
pueblo expresada democráticamente para su aprobación, si se ha de cambiar,
deberá someterse en buena lógica al veredicto popular. No vale cambiarla porque
el partido o partidos que en un momento concreto se ponen de acuerdo o están
gobernando, aunque tengan la mayoría, decidan hacerlo máxime cuando en sus
programas electorales, que entendemos es lo que refrendan los ciudadanos cuando
les dan los votos en las elecciones, nada decían de sus intenciones de cambiar
la constitución, ni por tanto en qué sentido ni cómo pensaban hacerlo.
¿Y en esta Navarra nuestra? Pues también
mires por donde mires la ilógica del poder, léase de los partidos políticos,
nos envuelve día tras día como niebla invernal que se posa en el valle donde
habitamos dándonos la sensación de que el cielo azul y limpio del quehacer
democrático ha desaparecido para siempre. Como muestra un botón. Estamos
asistiendo desde hace meses, prácticamente desde que el PSN recibió una
"patada en el trasero" por parte de la Sra. Barcina y dejó de
gobernar con UPN a un constante "si pero no" que nos tiene cuando
menos desconcertados.
Dicen que el gobierno de UPN está
agotado, que está en minoría y que lo que habría que hacer es cambiarlo. Pero a
continuación afirman que ellos con Bildu, etc.- por cierto, nos guste o no nos
guste, toda ellas fuerzas políticas democráticas parlamentarias y elegidas por
una parte importante de la ciudadanía navarra-, ni a comprar tabaco. Hemos
defendido y defendemos, y no pretendemos dar lecciones a nadie, que cuando
alguien se presenta y sale elegido para ocupar un puesto de alguna
responsabilidad y representación política debe estar dispuesto a dialogar,
acordar y consensuar cuanto sea necesario con quien sea siempre encaminado a
conseguir el beneficio de la mayoría de los ciudadanos a los que se debe.
Entonces pues que me expliquen cómo van a cambiar el gobierno porque las matemáticas
no me cuadran, los números no me salen. ¿Nuevas elecciones? Tendrán que ponerse
de acuerdo por lo menos para eso, es decir tendrán que ir por lo menos a por
tabaco con las otras fuerzas políticas de la oposición. ¿O acaso piensan estos
señores del PSN que por mucho que prediquen a los cuatro vientos el agotamiento
del gobierno de UPN en minoría los señores de UPN van a convocar elecciones
ahora mismo con la que está cayendo?. ¿No será que lo que ocurre es que tampoco
los del PSN quieren elecciones por miedo
a perder parte del poder que ahora tienen, miedo a perder algunas de las
poltronas bien remuneradas de parlamento, etc.? Desde nuestro punto de vista
este decir una cosa y hacer otra es un ejemplo más de la ilógica instalada en
el quehacer político.
¿Y qué decir del tema de Donapea
de nuevo en el candelero estos días? Ayer como estábamos gobernando con UPN
pues estábamos de acuerdo y ahora pues no porque resulta que... No, las
circunstancias no han cambiado hoy respecto a 2010 en este tema. Entonces y
ahora estaba igual de claro quién se iba a beneficiar de este obscuro asunto.
Entonces y ahora la comunidad educativa tenia la misma postura de oposición al
traslado, etc. etc. Claro, que rectificar es de sabios, que decía en otro día
el máximo responsable del PSN. Malo o por lo menos sospechoso cuando alguien
recurre a frases hechas para justificar sus actuaciones y al mismo tiempo
pretende conseguir un autobombo asignándose cualidades que evidentemente no
atesora. En política con demasiada frecuencia se actúa y se cambia de forma de
hacer las cosas por intereses partidistas, por acaparar votos, por proximidad
de elecciones, etc. etc. etc. Esto es lo que nos hace decir que con demasiada
frecuencia vemos las actuaciones del poder inmersas en la ilógica además de en
el obscurantismo, en la contradicción, y en el silencio en espera de que la
tormenta escampe obviando de paso los intereses de la ciudadanía.
O acaso no es ilógico, como
ocurre en mi pueblo, que haya un edificio sin estrenar que ha costado una buena
pasta, que en principio estaba destinado a ser residencia de ancianos, que se
está deteriorando a marchas forzadas, que dífilamente llegará a utilizarse para
aquello a lo que estaba previsto, mientras echamos en falta con bastante
asiduidad, por ejemplo el último fin de semana, una sala en condiciones donde
poder contemplar una obra de teatro, escuchar una conferencia, etc. !!!Cuántas
cosas os diría sobre este tema a todos los que componéis el maravilloso grupo
Mireni y que tan buenos ratos nos hacéis pasar¡¡¡. De momento vaya también
desde estas líneas mi agradecimiento y felicitación por vuestro buen hacer en
particular el pasado fin de semana todavía cercano.
En fin que tal vez tenía toda la
razón el profesor al que he hecho referencia al principio de este escrito
cuando unos meses antes de abandonar este caminar por estos escabrosos lares me
decía: "yo creo, José Luis, que el verdadero problema de nuestros políticos
es que sencillamente no creen en la verdadera democracia y por tanto no se
atreven a dejar decidir al pueblo soberano y por eso a menudo pretenden hacerle
comulgar con ruedas de molino"
Así las cosas, es posible que
tengan razón quienes creen que es necesario con urgencia un discurso y unos
comportamientos más radicales y menos complacientes sobre el estado de las
cosas. Tiempo al tiempo. Mientras tanto estamos soportando la ilógica del
poder.
José Luis Ochoa