IMPACTO VISUAL
Hace unos días escribía refiriéndome al problema de la central de Fukushima como “uno de los mayores desastres de la era moderna de consecuencias imprevisibles”.
Hoy, cuando a fuerza de oírlas, ya nos suenan como más familiares, como más conocidas las palabras y los nombres de Fukushima, becqueres, Kamanachi, reactor, Tepco, Kukuchi, etc, nos desayunamos con la noticia de que en pocas semanas la radiación liberada por la central en cuestión puede extenderse por todo el orbe terráqueo y por supuesto llegará al viejo continente europeo donde de momento nos encontramos y vivimos.
Mientras tanto los políticos de turno quitando hierro al asunto. Que si no es el momento de plantear el tema de la energía nuclear. Que si nuestras centrales nucleares son muy seguras, etc. Ayer, sin ir más lejos un político del gobierno de Navarra, refiriéndose a la central de Garoña – tiene 40 años – afirmaba que aunque sea de características similares a las centrales japonesas, las circunstancias aquí son distintas y se quedo tan pancho. Claro que las circunstancias son distintas. Nosotros vivimos aquí en una península y ellos allá en una isla. Solamente falta que alguno de nuestros políticos afirme en cualquier momento que nosotros somos más espabilados que los sufridos japoneses. Ah, Kukuchi es un agricultor de 50 años evacuado de la zona próxima a la central de Fukushima y que nunca más volverá a cultivar sus tierras.
Aquí hay dos cuestiones relacionadas entre si que subyacen como causa de esos comportamientos, de esas manifestaciones: elecciones a la vista y miedo a manifestar en este momento el posicionamiento respecto al tipo de energía que queremos y el riesgo que estamos dispuestos a asumir. Es decir energía nuclear si o no. ¿Qué pasa que quien se manifieste ahora a favor de la energía nuclear con la que esta cayendo teme no salir en la foto?
Es evidente que quienes estamos en contra de este tipo de energía nuclear nos lo pensaremos muy mucho a la hora de votar a quien la defienda y así lo manifieste. En fin, esta es la cuestión: ¿se está a favor de este tipo de energía con la inseguridad que, a la vista está, conlleva o se está en contra?.
No se trata de que ahora con la catástrofe de Fukushima y sus efectos dañinos para las personas cada vez más cerca de nosotros nos posicionemos de una determinada manera. Se trata de que cada uno de nosotros con nuestras ideas sobre la energía seamos un poco consecuentes y en un ejercicio democrático lo manifestemos.
Con la que está cayendo, cada vez que leo noticias sobre energías renovables en pueblos limítrofes al mío – ayer sin ir mas allá leía “El frontón de Azagra objetivo de un proyecto de energías renovables” - me acuerdo de la solicitud que yo hice para poner placas solares en el tejado de mi vivienda de Allo y que después de todos los tramites y permisos concedidos por parte de Iberdrola, el ayuntamiento me denegó el permiso amparándose en la resolución 282/2007 por encontrarse la vivienda dentro del área de ordenación A0.1 (“entorno del casco histórico por la modificación que producen de las cualidades históricas y arquitectónicas”). Claro basándose el ayuntamiento en el informe de la “bendita” ORVE. Algún día me referiré más ampliamente a ella. Por ahora solamente comentaré que en su día la trabajadora de turno de la citada ORVE, ante nuestra insistencia vía telefónica haciéndole ver de la ilógica de mantener esa normativa que en mi caso no se sostenía analizando la situación actual del entorno. (Humilladero en ruinas, a menos de cien metros varios edificios con cubiertas de uralita, a 120 metros casas hundidas, etc.) cuando no le quedaban argumentos convincentes y lógicos nos soltó aquello de “impacto visual”. Sí, como suena, impacto visual para quien sobrevuela por encima de los tejados que entiendo de momento solamente son los aviones. Aquí terminó nuestra conversación.
Son en el fondo los mismos los que no quieren reconocer los riesgos de la energía nuclear, los que dicen que ahora no es el momento de hablar de ella, y los que no hacen demasiado por intentar que las normas cambien. Sencillamente son los que no creen que hay otra alternativa a la energía nuclear. Respetable su opinión pero que por favor nos la expliquen. Infórmese al ciudadano de los posibles beneficios y de los riesgos que hoy por hoy lleva consigo la energía nuclear y que los ciudadanos decidamos en democracia.
Impacto visual no, por favor, que todavía en mi pueblo la mayoría de la gente, que yo sepa, caminamos a ras de calle. Para impacto visual las imágenes que estamos viendo día tras día de Japón. Eso si es impacto visual y tragedia humana.
José Luis Ochoa