DEFICIT DEMOCRATICO
El otro día, no recuerdo en que medio, leía que la clase política de este país era una de las principales preocupaciones del ciudadano de a pie. Creo recordar que estaba a un nivel similar de preocupación que temas tan duros como la crisis económica, el paro, etc.
De todos modos a lo que quería referirme es a la parte del contenido del artículo donde el autor o autora abogaba que se considerase delito electoral el fraude existente y bastante generalizado por parte de los políticos cuando prometen hacer una política concreta y luego, una vez en el poder, realizan otra completamente distinta. Estoy de acuerdo con el articulista. Efectivamente, eso es ponerse por montera la soberanía popular. Cuando alguien promete en campaña electoral algo, cuando dice cómo va a actuar y luego, conseguidos ese puñado de votos que le aúpan al poder, hace lo que le viene en gana ó simplemente actuá de manera diferente a lo que prometió, se está des-huevando de la democracia, está engañando al personal, aunque este parezca no se de por enterado.
Sí señor, debería estar recogido en el código penal castigo de inhabilitación para la vida política.
¿Y los que se presentan sin ningún programa electoral?. Pues a esos no les debía estar permitido hacerlo, se les debía considerar igualmente inhabilitados para poder representar al ciudadano.
Hombre, ya se que habrá quien opinará que el pueblo es soberano y que sabe lo que hace. Que es soberano sin lugar a dudas pero lo segundo no siempre ni en todos los casos.
Vamos a ver, cómo va a elegir el personal lo mejor para su autonomía o su ayuntamiento si no sabe entre qué opciones hay que elegir, qué conlleva una opción y qué la otra. No es suficiente que se le diga al ciudadano que uno va a trabajar para su comunidad o para su ayuntamiento. Hay que explicarle cómo y de qué manera. De lo contrario es hurtarle al votante esa posibilidad de elegir con conocimiento de causa. Es en definitiva una manifestación más del déficit democrático que se percibe constantemente en nuestra sociedad, en nuestros pueblos.
Si queremos ensanchar y autentificar cada día más la democracia, debemos pedir a nuestros políticos siempre, y más en estas fechas de elecciones, nos digan de una u otra manera qué piensan hacer y cómo lo van a hacer.
Escribía hace algunas fechas una entrada que titulaba “¿Miedo a la Información?”. Pues bien, estos días estoy asistiendo a alguna reunión que tienen que ver con las elecciones al ayuntamiento de mi pueblo. En ellas estoy constatando a la hora de tocar distintos temas del municipio, una desinformación casi total en asuntos que parece preocupan a la mayoría de la gente. Nadie sabe con seguridad cuál es la situación real de la residencia, club de jubilados ó centro cívico, etc por citar algún ejemplo.
Estamos acabando la legislatura y la información que yo he recibido en mi casa ha sido unos cuantos panfletos (dos o cuatro a lo sumo) al principio de la misma acusándose unos a otros. Esto es déficit democrático.
En la era de la informática en que nos está tocando vivir, que no sean más capaces los políticos de nuestros ayuntamientos de informar más frecuentemente y más completa y objetivamente de los asuntos que preocupan a los ciudadanos, a los contribuyentes, es preocupante. Tanto si no quieren hacerlo como si no se lo exigimos antes de darles nuestro apoyo, antes de darles nuestro voto, será síntoma de un déficit democrático.
Yo nunca he votado a quien no tuviera un programa con un contenido medianamente claro y factible en su ejecución, según mi humilde entender. Nunca he vuelto a dar el voto a quien ha hecho lo contrario a lo que había dicho que iba a hacer. Creo que así se contribuye a disminuir el déficit democrático.
José Luis Ochoa