sábado, 6 de agosto de 2011

CON LOS PIES COLGANDO

CON LOS PIES COLGANDO
Tengo un amigo con el que suelo estar con cierta frecuencia y  a mi pregunta de ¿cómo estas? últimamente acostumbra a contestarme con una frase ya típica cuando sus ánimos no están para tirar cohetes: “para bajarme del tren”. Y mira por donde, estos días como que estoy bastante de acuerdo con él. A uno le dan ganas de gritar: por favor que paren este tren, donde dicen vivimos en sociedad civilizada y democrática, que yo me bajo aunque sea en pleno descampada sin esperar a la próxima estación.
Las prima de riesgo rondando los 400 puntos. Dicho en castellano que mientras los alemanes para que les presten dinero están pagando más o menos el 2,5% de interés, nosotros estamos pagando 6% o más. La cuenta es pues muy fácil 6-2,5=4 lo multiplicamos por cien y hay están los 400 puntos de prima de riesgo. Porque esa es otra, empiezan a hablar de primas de riesgos y demás zarandangas, tal vez intentando que no nos enteremos de qué va la fiesta, como si eso fuese solamente para los políticos. Es, puesto en clave practica, el interés que les debemos pagar a los que nos prestan dinero. Y esto lo vamos a pagar entre todos, mas pronto que tarde, con subida de impuestos, crecimiento económico bajo mínimos, congelación o reducción de salarios, pensiones, etc. a los que lo tengan, reducción de prestaciones sociales, etc. etc. Nada es lo que hemos visto para la que se avecina.
Y el Rajoy de turno que si, pero no, como siempre. Que apoyaremos, pero que adelanten las elecciones. Para arreglar el patio aparece el catalán que ayer decía que perfecto en noviembre y hoy dice que hay que adelantarlas de nuevo.
Hoy parece que la nota máxima de la deuda de EEUU es rebajada y sería la primera vez en su historia.
Italia dicen que por primera vez supera a España en la prima de riesgo. Digo yo que nos lo contarán para que nos consolemos, claro. Pero la realidad es que los italianos ya están obligados a acelerar su plan de ajuste económico que estaba previsto ir poniéndolo en práctica durante estos próximos años.
Los indignados siguen y vuelven a la puesta del Sol y las encuestas dicen que no están solos, mas bien todo lo contrario.
Se prevee como necesario un tijeretazo de 5.000 millones de euros a las autonomías, pero nadie quiere saber nada de subir impuestos y reducir drásticamente los gastos con consenso democrático antes de las elecciones.
Miles de niños muertos de hambre,(si, de hambre) en el cuerno de África. Millones de personas amenazadas igualmente de morir de hambre si la comunidad internacional no se moviliza urgentemente y de manera decidida sin peros ni dilaciones. Mientras tanto nuestros políticos, y nuestros sesudos gobernantes de la Unión Europea, por cuestiones de burocracia, no les importa retrasar unas horas, unos días, la ayuda humanitaria sin tener en cuenta que ese retraso lleva parejo la muerte de mucha gente.
En fin, ganas de bajarse del tren y decir a voz en grito “que os den..”. Pero no, no nos vamos a bajar de este tren mientras nos quede algo que decir, algo que echar en cara, algún pequeño grano de arena que aportar. Por lo menos lo vamos a intentar.
Y para terminar de arreglarlo a pocos meses de su visita a Santiago y Barcelona ya tenemos aquí de nuevo al señor Ratzinger – Benedicto XVI para los católicos -. Desde el punto de vista de la democracia, nada habría que objetar a la reunión de un pastor espiritual con sus seguidores. Pero sí es contrario a un Estado democrático que se declara aconfesional mezclar los asuntos del Estado y asuntos religiosos, los intereses generales con los intereses privados, las instituciones que representan a todos los ciudadanos con eventos que solo conciernen a una parte, en este caso, a quienes comparten unas determinadas convicciones religiosas. Por eso, resulta escandaloso desde mi punto de vista democrático que el Gobierno contribuya con 25 millones de euros -es decir, con dinero de los impuestos de todos-- a la visita del Papa y a la celebración de un acto confesional, a la vez que concede exenciones fiscales a las grandes empresas que han comprometido otros 25 millones. (...). Esto es todavía más grave con las duras restricciones en el gasto público y prestaciones sociales que todos estamos sufriendo bajo pretexto de la crisis económica y con la que se nos avecina.
No, no somos tan ilusos de creer que con las elecciones y con el previsible cambio de gobierno, se van a solucionar todos nuestros males. No y no. ¿Qué han arreglado nuestros vecinos portugueses hace a penas unas semanas con el cambio de gobierno? ¿Qué han arreglado los griegos con el mismo gobierno?. No somos tan cerrojos de pensar que quienes están obsesionados con conseguir el poder cuanto antes,  que quienes olvidan su gran responsabilidad en el desastre financiero y que quienes están en clara contradicción con la forma de hacer política que demandan millones de personas en torno al 15-M, nos van a solucionar este desaguisado.
¿Acaso podemos pensar algo positivo de quienes han estado y están de alguna manera ocultándonos la situación real de banca rota en la que estamos y se empeñan en ir parcheando más mal que bien con ineficaces soluciones la situación? ¿Y de quienes no han aportado todavía ninguna propuesta para solucionar el tema y dicen estar preparados para gobernar?. La ridiculez de algunos dirigentes raya lo obsceno y contribuye generosamente a que la ciudadanía cada vez sienta más vulnerabilidad y desconfianza ante semejante clase política.
Es necesario que cada uno de nosotros, dado la que esta cayendo y la que está por venir, tomemos el toro por los cuernos y en nuestro entorno apostemos por soluciones audaces y valientes siempre dentro del juego democrático.
El otro día, como consecuencia de un desgraciado accidente – así nos lo intentan vender- encontró la muerte en el encierro de Lodosa uno de sus "parcipantes". Este hecho hubiera podido dar lugar a toda un amplia entrada en este mi blog hablando sobre el tema. No lo hice. Sin embargo cuando alguien estos días me ha preguntado que va a pasar con los encierros en las próximas fiestas mi respuesta ha sido siempre la misma. Soy partidario de reducir el riesgo. No se puede soltar a la calle animales del peso que se soltaron en las pasadas fiestas de la Magdalena. Mejor dicho, no se debe. No soy partidario de los encierros nocturnos con la que esta cayendo. La crisis económica nos afecta a todos y siendo todo lo impopular que se quiera es el momento de reducir gastos. Eso si, explicando todo lo que haya que explicar con todos los porqués y razones necesarios. Desde el consenso democrático se pueden y se deben hacer muchas cosas por impopulares que resulten. Es hora de que desde nuestros entornos particulares seamos conscientes de que o aportamos pequeñas soluciones o tiempo llegará, sin tardar mucho, que alguien nos obligue a soluciones mucho más drásticas.
Ah, y que quede claro que me tengo por un taurino convencido. Tampoco soy anticreyentes ni mucho menos, pero ante todo soy un creyente de la democracia auténtica como palanca necesaria para realizar poco a poco el cambio que esta sociedad necesita una vez reconocido el fracaso a donde nos han conducido, a veces, con nuestra participación más o menos consciente.
Pues eso, que a nada que nos descuidemos, con una simple volada de aire, nos precipitamos al vacio sin remedio pues ahora mismo estamos sentados en el mismo borde del precipicio con los pies colgando.
José Luis Ochoa