PROSTITUCION
POLITICA Y PROSTITUCION DEMOCRATICA
Dice el diccionario ilustrado de
real academia española que prostitución es la acción y efecto de prostituir. A
su vez prostituir por una parte es exponer públicamente toda clase de torpezas
y por otra es corromper, deshonrar algo por abusar de ello por propio interés.
Pues bien esto es lo que estamos observando semana tras semana, día tras día,
que está ocurriendo en nuestro entorno respecto a la política y a la
democracia. Que si no somos capaces de recuperar el quehacer democrático como
base donde anclar nuestro devenir diario, nuestra convivencia diaria, caminamos
hacia el abismo, es algo que tiempo ha tenemos asumido. Es posible que de forma
similar a lo del huevo y la gallina, uno verdaderamente tampoco sería capaz de
argumentar si produce antes la
corrupción, la prostitución de la política ó la de la democracia. Tampoco
pensamos que en este momento sea lo más importante, ni mucho menos, conseguir
establecer la prioridad correctamente. Lo que es importante y tremendamente
preocupante es que existen, que se dan tanto la una como la otra y que en
muchas ocasiones caminan de la mano. Por otra parte es igualmente preocupante
que aquí parece que no hay nadie que sea capaz de detener este desmadre
político y este abandono constante del comportamiento democrático por parte de
quienes nos gobiernan.
Que aquí las cosas últimamente no
funcionan es más que evidente. Madrid Arena con una alcaldesa que, diga lo que
diga no ha sido elegida por el pueblo para ser alcaldesa, por mucho que
legalmente sea así y que afirma con toda tranquilidad que en ningún momento ha
pensado en dimitir. Estamos en este país con un banco de España que abandonó
sus responsabilidades de control de los bancos y ante los desaguisados habidos
miró hacia otro lado con total impunidad hasta el momento para los
responsables. En este país llamado España hay cientos de cargos políticos
imputados a los cuales la propia constitución y demás leyes los amparan y
protegen bajo el manto de la presunción de inocencia con una justicia que se
eterniza a la hora de resolver la mayoría de los casos. Y lo que es más grave, no
es extraño ver la presencia de imputados e incluso condenados en las listas electorales porque esto tampoco provoca un castigo electoral la
mayoría de las veces por parte de la ciudadanía.
Aquí es necesario y urgente
iniciativas regenerativas de la democracia que vengan desde abajo. Tenemos
claro que con unos partidos y unos sindicatos mirando para otro lado no será
posible regenerar el comportamiento democrático en este país. Necesitamos con
urgencia un renacimiento cultural y moral para profundizar en la democracia.
Necesitamos que la democracia conforme cualquier tipo de actividad y en este
momento pensamos que esto solamente se va a conseguir si se empuja desde abajo.
Si no es desde abajo no se va a conseguir. Sólo con la combinación de política
con propósitos radicales y movilización social puede lograrse todo esto.
¿Cómo vamos a confiar que sean
quienes nos gobiernan los artífices de esta regeneración democrática
imprescindible si ni son demócratas ni creen en la democracia y a lo sumo lo
que hacen es utilizar la puerta falsa de la democracia, utilizando el salvoconducto
que les proporcionan las leyes que de democráticas tienen bastante poco, para
hacerse con el poder y gobernar con minorías como si tuviesen todo el apoyo
popular del mundo?
Dice el señor Duran jefe de Unió
y por tanto responsable del gobierno de Cataluña en estos momentos que a pesar
de que su partido ha estado implicado en el tema Pellerols y así lo han
reconocido con un acuerdo escandaloso con jueces y fiscales de por medio, que
no tiene intención de dimitir. Grave, gravísimo, pero no es menos grave que
quienes les apoyan en el gobierno –uno ya no sabe si de izquierdas o de derechas-
como son los chicos de ERC se limiten a decir que el Sr. Duran debería dimitir.
También ellos están prostituidos pues entendemos que lo correcto sería decir:
“nosotros con esos señores no queremos saber nada mientras por lo menos no
depuren responsabilidades políticas y penales si las hubiere tamizadas por el
cedazo de la democracia y por tanto aquí se quedan”. Por eso decíamos al
principio que prostituir es corromper algo por abusar de ello por propio
interés y en este caso corrompen el juego democrático por seguir manteniendo
sus cuotas de poder tanto unos como otros a cualquier precio.
Igualmente prostituyen la política
y la democracia quienes gobernando en minoría, caso de esta tierra nuestra,
desoyen los acuerdos tomados por mayoría en el parlamento y posponen su
aplicación prácticamente sine die. Prostituyen así mismo la democracia y la
política quienes se oponen a facilitar que se clarifique qué ha ocurrido con la
CAN y de paso pretenden echar tierra sobre el asunto diciendo que son
partidarios de que se publicite el patrimonio de todos y cada uno de los
parlamentarios. A otro perro con ese hueso. La publicidad del patrimonio de
cualquier personaje político dedicado a la administración del patrimonio de los
ciudadanos debería ser público cuando entra a ocupar un puesto, durante el
desempeño de su quehacer político y cuando abandona ese menester político.
Pero, ojo, también entendemos que prostituyen la política e incluso la
democracia quienes desde la oposición son incapaces de, dadas las
circunstancias, impedir con una moción de censura estos comportamientos y
siguen permitiendo con sus desacuerdos constantes, comportamientos que en
ningún caso cuentan con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos. Claro,
mientras tanto la Cospedal, que de momento pensamos no es secretaria general de
UPN, animando a la Sra. Barcina a agotar la legislatura como sea, aunque sea
contra viento y marea.
¿Por qué coño tienen que venir
siempre los de fuera a decirnos qué es lo que tenemos que hacer ya sea en
Madrid, en Navarra o en mi pueblo? Tiene narices la cosa.
Claro y no digamos nada de
prostitución democrática y política por parte de quienes habiendo sido elegidos
por los ciudadanos ni se presentan en los foros donde se decide el quehacer
municipal que afecta a todos los vecinos. Estos, como diría un amigo mío,
“están fuera de catalogo”.
Últimamente dicen que en este
país ya se ha rebasado la cifra de seis millones de parados y que por lo visto todavía
no se ha tocado fondo. Este es posiblemente el problema de más calado por su
repercusión inmediata y perdurable en todo el entramado social. Pues bien, los
políticos de turno que tanta prisa se dieron en cambiar la constitución
entrando por la puerta de atrás porque así lo demandaba la Merkel para incluir
en ella el tema del déficit, ni se inmutan. Parece que estuviesen esperando a
que aparezca alguna especie de rey mago para que nos solucione el asunto del
paro. Claro no se han enterado que los Reyes Mayos ya pasaron hace unos días y
del otro rey mejor ni hablar con sus entrevistas enlatadas, con su “amiga” en
la cresta de la ola de la corrupción de su yerno, etc. La situación del paro es
tan importante, tan dramática y de consecuencias tan tremendas que entendemos
es ya una emergencia nacional y ante este asunto deberían haberse puesto en
marcha todas las medidas posibles ya hace tiempo. Pero no, y por tanto hasta límites
tan insospechados ha llegado la prostitución de la política y de muchos de
nuestros políticos.
Aquí parece que ya nadie se
escandaliza por nada. Es igual que el Rato de turno haya sido despedido del FMI
donde no supo o no quiso ver la crisis que se avecinaba, que como “premio” se
le haya permitido hacer lo que ha hecho con Bankia y que estando “imputado” se
le nombre asesor o lo que sea de Telefónica, la compañía que nos cruje
constantemente a la mayoría de los españolitos de a pie.
Uno tiene la sensación que
comienza a perseguirnos cuan perro sabueso la bancarrota política y moral. Y
para detener esto uno comienza a pensar que es imprescindible y urgente que las
personas con posiciones ideológicas dispares y con trayectorias vitales
distintas nos encontremos en un mismo lugar y abracemos un mismo objetivo:
defender la democracia como única solución a la mayoría de nuestros males. De
lo contrario estamos condenados a soportar la prostitución de la política y por
ende la prostitución de la democracia, con consecuencias imprevisibles.
Mientras tanto, como demócrata, que
no milita en ningún partido político cada día estoy más convencido de que la
indiferencia da el poder a los mediocres.
José Luis Ochoa