LA MADRE DEL CORDERO
Ya llevamos unos cuantos días a vueltas en la prensa con lo que cobran o dicen cobrar los políticos de turno. Estamos escuchando y leyendo opiniones para todos los gustos. Todo esto a mi sencillamente me da un tufillo raro. Me huele a medias verdades, a oportunismo político, a mientras hablo de esto me evito hablar de lo otro e incluso el personal mientras discute sobre esto en la barra del bar, no piensa en otros temas en estos momentos. Es peligroso que el personal piense en qué ha pasado durante estos cuatro años antes de emitir su veredicto en las urnas. Sencillamente todo esto me parece un trozo de pan con moho refrito en el sartén electoral. ¿Porqué precisamente ahora a los Jiménez de turno se les ocurre decir lo que ganan o dejan de ganar, e invitar a que los candidatos al parlamento – los 20 primeros de la lista – lo hagan de igual manera?.
Vamos a ver, es un hecho real y objetivo que aquí la ciudadanía cada vez está más harta de los políticos, cada día pasa más de ellos sencillamente porque no se fía de ellos y fundamentalmente por verlos constantemente a la greña enfrascados en discusiones bizantinas sobre temas que poco o nada importan al ciudadano de a pie. Pues bien, ahora vienen y no se les ocurre mejor cosa que contarnos lo que ganan no se si para presumir de honestos o de qué. ¿De verdad piensan que hay alguien que no sea de su circulo, que no sea de su cuerda, que se lo cree y lo valora en tal sentido?.
Miren ustedes o dicen todo-todo o yo sencillamente creo que estarían mucho mejor callados. Más guapos callados por respeto a la ciudadanía a la que sin ningún rubor le van a pedir su voto para hacer con el lo que les venga en gana pensando las más de las veces en sus intereses y dentro de cuatro años ya nos inventaremos otra cosa.
Eso no, señores. No hace falta o al menos yo no necesito que los políticos me detallen su patrimonio o mejor dicho el patrimonio que tienen a su nombre. Lo que el ciudadano de a pie necesita es un simple ejercicio de transparencia democrática de comunicación a todos los niveles. O, acaso en los ayuntamientos de nuestros pueblos no se deciden gastos, sueldos, etc, etc?. Miren ustedes, aprendices de encantadores de serpientes, que no de ciudadanos pensantes, es muy fácil. Simplemente yo como ciudadano necesito que el alcalde de mi pueblo e incluso los concejales, ademas de los parlamentarios, me digan realmente todo lo que ingresan por ejercer de alcalde, de concejal o de lo que sea. Pero eso sí,TODO-TODO, es decir sueldos, comidas a cargo del erario público, regalos y prebendas si las hubiere, teléfonos, dietas, etc, etc, etc. y yo ya juzgaré si me parece bien o no. Esto señores no es ni más ni menos que información, transparencia, pilares sobre los que se debe basar la verdadera democracia.
Cual es o deja de ser su patrimonio y qué hacen o dejan de hacer con él me traería sin cuidado. Claro, esa es otra, estamos hablando del patrimonio que está a su nombre pues de lo demás no se sabe, no existe. Pues eso, que solamente me interesa saber qué devengan del erario público y porqué.
Yo soy de los que cree que el sistema de retribución en los cargos públicos ha creado una clase política con multitud de efectos negativos para una democracia real. La política debe ser fundamentalmente una vocación de servicio y no un camino de lucro personal de quienes no encuentran otra vía o simplemente no tienen las capacidades suficientes para desarrollarla.
Yo a menudo me pregunto si los políticos de turno cuando se enfrascan en este manifestar a medias o no manifestar sus patrimonios, sus sueldos, piensan, aunque solo sea por un momento, en los auténticos parados (de estos también hay de verdad y de mentira), en los pensionistas con las pensiones congeladas, en mileuristas y ni tan siquiera mileuristas. Yo creo que no les alcanza pues si lo hiciesen, por cariño a alguien de sus seres queridos, no se enfrascarían en estas zarandangas. Digo esto por aquello del agravio comparativo, claro.
Menos galería, menos buscar la acción impactante de campaña y más honestidad democrática basada en la comunicación real y total sobre el actuar de cada uno en su quehacer político. Esa es la madre del cordero. Si, si la oveja, pero la que alimenta la democracia.
José Luis Ochoa