ENGAÑAR,
MANIPULAR Y PRIVATIZAR
Viendo la actuación diaria de
quienes ostentan el poder político en los distintos estamentos de esta piel de
toro, uno piensa que las reglas por las que se rigen en la actuación diaria son
fundamentalmente las de engañar, manipular y privatizar sin ningún tipo de
miramiento, interpretando la legalidad, incluso la constitucional, un tanto subjetivamente
despreciando la democracia y sin ruborizarse lo más mínimo. Tal vez hoy, día
seis de diciembre, tocaría hacer algún comentario sobre esa constitución del 78
que es evidente que con frecuencia ya no responde a las necesidades de la
ciudadanía y que con la utilización sesgada que reiteradamente hacen de ella
los políticos de turno no sé si le queda
demasiado recorrido. De hecho, hoy mismo, se puede leer repetitivamente en la
prensa que la mitad de los ciudadanos ya no cree demasiado en ella lo cual es
harto preocupante. Como igualmente preocupante que el 67% del personal esté
insatisfecho con el funcionamiento de la democracia.
Y es que aquí y ahora engañar a
la ciudadanía constantemente sin ponerse colorados se ha convertido en algo
habitual. Como leía esta mañana, aquí comienzan a ponerse colorados cuando
dicen la verdad por extraño que parezca.
Hace nada el gobierno de Rajoy decidió
en contra de la legalidad asaltar el bolsillo de los pensionistas y negarles la
subida de sus pensiones a la que tenían derecho. Y lo hizo sin ruborizarse
cuando hace apenas unos meses en su cartel electoral figuraba aquello de “más
empleo pensiones seguras”. Lo hizo cuando justo hace un año, concretamente en
el mes de noviembre del año pasado en el congreso de los diputados, dirigiéndose
creo que al anterior presidente del gobierno, dijo aquello de “usted ha
liquidado las pensiones de nuestros mayores. Esto es antidemocrático, es una
decisión dictatorial. Usted no tiene ningún derecho a hacerlo. Esto es algo
propio de un gobierno autoritario y miedoso y los pensionistas tienen derecho a
que alguien los defienda y nosotros lo haremos porque creemos que debemos
hacerlo”. Sencillamente para enmarcar pues visto lo visto la parrafada no tiene
desperdicio. Yo la verdad, no esperaba
que me defendiese este señor pero, como
pensionista, pienso que eso es
sencillamente engañar. Me siento totalmente engañado. Y esto es algo bastante
más grave que un simple cambio de opinión.
Como engañar es en el debate
electoral televisado decir “anuncio aquí que yo no voy a congelar las pensiones
de los pensionistas y yo voy a cumplir la ley y por tanto no engañaré como
hicieron ustedes a los pensionistas en esta legislatura” y luego hacer lo que
ha hecho.
Claro que hace cuatro días en
similares términos se manifestaba la vicepresidenta cuando afirmaba allá por el
mes de septiembre que “las pensiones se ajustarán a la subida del IPC
efectivamente” y la Sra. Bañez en el congreso “no vamos a recortar las
pensiones señoría”.
Y no digamos nada del IVA cuando
el mismo Sr. Rajoy definía al mal gobernante al decir que “la subida del IVA es
el sablazo que el mal gobernante le pega a todos sus compatriotas que ya están muy
castigados por la crisis”. O cuando el ministro de las economías Sr. Montoro daba
“el no más rotundo y firme a la subida del IVA”. Insistimos, decir y prometer
esas cosas y luego hacer lo que han hecho es engañar a la ciudadanía.
Y claro esto lo hacen manipulando
al personal porque luego, más o menos los mismos protagonistas o sus adláteres,
dicen aquello de que lo hacen obligados no por Bruselas sino por la realidad.
¿Porqué realidad? ¿Por la subida del número de parados del mes de noviembre en
74.296 personas alcanzándose la cifra de 4,9 millones? ¿Por la caída de la
afiliación a la seguridad social en 205.678 quedando en 16,5 millones?
Pero acaso no es manipular cuando
el Sr. Montoro, después de que la amnistía fiscal (sí, porque es una auténtica amnistía
fiscal y de un agravio comparativo con el ciudadano que cumple con su
obligaciones fiscales imposible de justificar, nos digan lo que nos digan)
recaude 1.200 millones, la mitad de lo previsto, afirme “ha valido la pena
realmente hacer una operación así en un momento como el que vive España” ¿Desde
cuándo cumplir la mitad del objetivo y de aquellas maneras es un éxito? ¿Pero
en qué país estamos? ¿Y los que pagamos religiosamente debemos callar?
Sí, Sra. Bañez, usted puede pedir
toda la serenidad que quiera a quienes pensamos que se nos ha engañado con el
tema de las pensiones pero tenemos todo el derecho del mundo a opinar y a
criticar el que no hayan actualizado las pensiones de acuerdo a la desviación
de IPC. Tenemos todo el derecho del mundo a sentirnos engañados en estos y en otros
muchos temas y tenemos mil y una razones para sentirnos manipulados por las
cosas que se están haciendo y por el modo como se están haciendo.
¿Acaso no es manipular cuando
estamos hartos de escuchar que no hay más remedio que recortar “salvajemente”
para cumplir con el “maldito” déficit y ya están admitiendo que lo de cumplir
con el sacrosanto déficit este año ya no? ¿Hasta dónde y hasta cuándo?
¿Y qué decir del Ferrán mimado
tanto por Aznar como por el PSOE que tan “sabios” consejos nos daba con aquello
de que “aquí lo que hay que hacer es trabajar más y ganar menos”? Dicen que
financió con casi 300.000 euros la campaña electoral que llevo a Esperanza
Aguirre a la presidencia de Madrid. ¿Acaso eso que ha hecho ese señor no es
engañar, manipular y no sé cuantas cosas más?
Aquí lo que está ocurriendo es
que tal vez estamos en la etapa más obscura de la democracia. Aquí está ocurriendo
que todo el mundo, léase una gran cantidad de gobernantes, vive instalado en el
obscurantismo y en el mirar para otro lado.
¿Hasta cuándo van a estar
recortando viendo que esas políticas no llevan al objetivo de la recuperación
que dicen perseguir? Está claro que no tienen ninguna intención de cambiar esas
políticas. Está claro que los recortes y los palos, lo diremos una vez más, se
van a seguir dando en la misma estera.
Se
van a seguir dando a los mismos ciudadanos y lo van a seguir haciendo obsesionados
con privatizar todo lo privatizable. Sanidad, educación, etc. etc. El PP
prepara una ley de educación "segregadora, retrógrada y recentralizadora"
La reforma educativa parece gira
hacia la privada concertada donde estudia el 25% de los escolares. Esto quiere
decir que si hay preferencia de los padres por la enseñanza concertada, eso
estará por encima de la capacidad de las administraciones de primar la
gratuidad de la pública.
¿Y qué es sino privatizar el
dinero público cuando se le da a los bancos a espuertas como si “salvar”
a la banca fuese prioritario? Se entregan miles de millones para sanearlos y
luego se venden por un euro simbólico. ¿Acaso si a uno le va mal su negocio particular
por los errores cometidos viene el papá Estado y le da dinero para que salga a
flote alegremente? Hoy en día, los banqueros responsables de las quiebras de
bancos y cajas, se van por la puerta grande con indemnizaciones millonarias
fruto de sus contratos blindados. Aquí, señores políticos, no hay que “salvar”
a los bancos, aquí hay que salvar a los ciudadanos garantizándoles sus
depósitos y demás.
De momento nos quedamos con la
evidencia de que nos engañan, nos manipulan y nos privatizan mientras la
respuesta social tal vez no está siendo la adecuada a la magnitud y las características
de la situación actual. Situación actual que impregnada de engaños,
manipulaciones y privatizaciones está presente sin duda ninguna en todos los ámbitos del
poder político tanto nacional, autonómico, como municipal.
Por eso ya van creciendo las
voces que dicen estamos caminando hacia el estallido social. Hacia el fuego, creo
que lo decía esta mañana un periodista harto conocido y bloguero diario. Así lo
pensamos también nosotros aunque deseamos se actuase antes de otra manera.
No obstante la estrella de la
esperanza seguirá siendo nuestra y nos negamos a que nos la arrebaten porque el
día que la perdamos entonces sí que estaremos hundidos. Es verdad que, a veces, como los olivos, las respuestas correctas para que lleguen a ser requieren
tiempo, pero también es cierto que este,
el tiempo, nos tememos, se está acabando.