jueves, 20 de diciembre de 2012

VOLUNTAD Y CAPACIDAD DEMOCRATICAS


VOLUNTAD Y CAPACIDAD DEMOCRATICAS
Ya hace días que tanto el PSN como UPN vienen ratificando que no están por la labor de investigar sobre qué ha sucedido en Caja Navarra para que haya sido posible que de la noche a la mañana se haya esfumado  como tal entidad. Tanto uno como otro no ven motivos para crear una comisión de investigación. Es más, creo que era ayer cuando la presidenta foral afirmaba que una investigación sobre la CAN en el parlamento no asegura la transparencia. Y uno se pregunta ¿a qué estamos, a qué están, jugando? Hombre, siendo tremendamente laxo de pensamiento entenderíamos la postura de UPN puesto que si tiene algo que ocultar de una u otra manera puede estar defendiendo su estatus en el poder y en algún sentido también, tal vez, su mantenimiento en el gobierno de la comunidad foral. Pero ¿y el PSN que en estos momentos no está en el poder? ¿Por qué no está por la labor? ¿Tendrá el ciudadano de la calle ante estas posturas derecho a sospechar que algo están ocultando ó no?

Pues bien, entre tanto, van y nos anuncian la próxima entrada en vigor el próximo día 28 –día de los inocentes para más señas- de la que han dado en llamar Ley Foral de Transparencia. Ley de transparencia que resumiendo lo que pretende es regular de alguna manera el derecho de acceso a la información de la cosa pública por parte de la ciudadanía y el derecho a la participación y colaboración ciudadana. Es fácil deducir que al poner en funcionamiento esta ley de alguna manera están reconociendo que hasta ahora la transparencia ha brillado por su ausencia. Efectivamente esto es lo que en más de una ocasión hemos manifestado y hemos denunciado.
¿Y uno que piensa que en el fondo esto no es cuestión de una ley más o una ley menos? Todo sea que la puesta en vigor de esta nueva ley no genere un departamento que se llame algo así como el departamento de la transparencia del poder público foral con sus correspondientes parásitos administrativos y de otra índole donde encuentren acomodo amigos, socios y adláteres de los promotores legales. En cualquier caso lo que pensamos es que aquí para que se dé transparencia son necesarias fundamentalmente dos cosas. En primer lugar voluntad política, es decir, voluntad e interés de los políticos de turno por que se dé la transparencia abriendo las ventanas de la administración con información a raudales a la ciudadanía. Y en segundo lugar capacidad de estos políticos para hacerlo o en el peor de los casos capacidad para rodearse de personas que sean capaces de ayudarles en este sentido y no en el sentido contrario de dificultar la información  abonando con ello la permanencia en el obscurantismo.

Pero claro que para situarse en este camino de la transparencia es necesario creer en que el objetivo fundamental del político es servir a los ciudadanos. Es necesario creer en la democracia entendida como dialogo, información, consulta constante a la ciudadanía, promoción de la participación, etc. etc. etc. Y aquí está más bien ocurriendo que el objetivo es servirse de la política y habitualmente por ese camino transita el personal político con la mirada fija en la consecución de sus objetivos personales y los de sus amiguetes aunque estos objetivos sean totalmente divergentes de los intereses de los administrados. Lo de la democracia lo entendemos, lo entienden, como que cada cuatro años votamos y se acabó. Desprecian con su silencio e inactividad incluso a quienes desde las mismas instancias en las que están  instalados ellos, léase parlamentos, ayuntamientos, etc. se ofrecen a colaborar en la construcción de los caminos de la comunicación y de la transparencia. Desprecian los ofrecimientos seguramente porque dudan de sus capacidades, sospechan de que eso sea propuesto con honestidad porque sus parámetros mentales son distintos y además se dejan aconsejar por quienes desde fuera de la plaza del pueblo tienen su mirada puesta en cómo seguir sacando tajada recurriendo una y otra vez a las mil y una leyes con tal de torpedear constantemente la información y en definitiva la transparencia.
Entendemos que tal vez lo que menos se necesiten en este momento sean nuevas leyes de dudosa practicidad. Lo que se necesitan son voluntades políticas, capacidades personales y políticas  y en definitiva otras creencias y otras practicidades ó lo que es lo mismo, creencias y capacidades democráticas.
Es cierto que la tolerancia con la corrupción y la práctica del obscurantismo de alguna manera son señas de identidad de este país. Pero no es menos cierto que sin voluntad y capacidad democráticas ya podemos poner en funcionamiento todas las leyes que queramos que el camino de la transparencia seguirá sin ser transitado por los políticos de turno para desgracia de los paganos de siempre, para desgracia de los ciudadanos.
En definitiva pues,  pensamos que ya existen suficientes leyes como para garantizar la transparencia en la Administración, pero que lo que falta es voluntad de poner es practica esas leyes por parte de los políticos de turno.

José Luis Ochoa