DEPREDADORES
DE LA DEMOCRACIA
Uno
a estas alturas de la movida ya no sabe si lo que aquí ocurre es que la sociedad
está en un nivel grave de enfermedad democrática, si la inmensa mayoría de los
políticos son de la casta de la corrupción y del todo vale, o si se está
implantando en la sociedad aquella creencia aniquiladora de la libertad
individual resumida en la frase de que "el ladrón con lo robado siempre
puede proteger más que el pobre honrado". Sea como fuere lo cierto es que
aquí basta ver un poco por encima la prensa cada día para constatar cómo los
políticos de turno se saltan a la torera una y otra vez sus propias leyes. Basta
seguir un poco las noticias para observar cómo manipulan la información,
confunden al personal y se instalan en el obscurantismo sean de la opción política
que sean. Violan constantemente y sin ningún rubor sus propios pactos. Desoyen
el mandato democrático recibido en las urnas, etc. etc. , y en definitiva nos
están robando la democracia a dentelladas como si fuesen hienas esteparias.
Pues
sí, depredadores de la democracia son tanto los que se apropian ilegítimamente
de lo ajeno, como los que hablan mucho para no decir nada intentando confundir
al personal, como los que mienten con la cara y el pelo sin ruborizarse lo más
mínimo diciendo que sus intereses son equis cuando estamos viendo que con sus
actuaciones y comportamientos se quedan día tras día con el trasero al aire.
Depredadores de la democracia son quienes cuando se trata de pedir el voto
dicen van a hacer algo que luego no cumplen ni por asomo.
Hemos
manifestado en multitud de ocasiones que nunca pertenecimos y ni intención que
tenemos de pertenecer a partido político alguno sea del signo que sea. Nos es
más que suficiente ser ciudadano democrático e intentar en la medida de
nuestras posibilidades aportar nuestro grano de arena al quehacer democrático pensando
en que algún día en este solar en el que vivimos exista una verdadera
democracia y no el simulacro de la misma que percibimos ahora mismo.
No
obstante, a pesar de que no creemos en la validez de los partidos políticos
actuales con los líderes actuales para sacarnos de donde nos han metido, a
pesar de que pensamos ha llegado la hora de que esos personajes que se suelen
denominar pesos pesados de los partidos y no tan pesados se larguen a tomar
vientos frescos y dejen paso a otras opciones políticas donde la ética,
honradez y vergüenza torera sean los faros que nos guíen siempre embadurnados
de una auténtica democracia, hoy por hoy, puesto que son los partidos políticos
los que actúan sobre nosotros engañándonos e intentando vendernos motos
tendremos que preocuparnos de ellos aunque solo sea para denunciar sus
fechorías contra la democracia.
Hemos
titulado esta entrada depredadores de la democracia y como tales entendemos que
actúan quienes hacen gala de ser un partido democrático por el hecho, en teoría
solamente, de que sus afiliados pueden elegir a sus representantes directamente
y en listas abiertas. Acaba de celebrarse hace unos días el congreso del
partido político más votado en esta comunidad nuestra y doy fe que conozco y
tengo relación con afiliados de UPN que pagan religiosamente sus cuotas desde
hace más de una decena de años con los que hablo con alguna frecuencia. Pues
bien, obviando los datos de que de los 2.750 afiliados con derecho al voto solo
han votado el 60% o, dicho de otra manera el 40% no ha votado, lo cual tratándose
de afiliados de un partido nos parece cuando menos preocupante, creemos que es patético
que se haya intentando plantear un congreso de un partido político como si nos estuviésemos
jugando todos la gobernabilidad de esta tierra. Pero ¿qué coño nos importa si
sale uno u otro? Allá ellos y los 1673 afiliados que el otro día votaron, en
principio, lo que les dio la gana.
A
quienes vemos estos comportamientos desde fuera nos da pena como se intenta
manipular al personal con cuentos chinos como ese de la gobernabilidad o vendiéndoles la moto de que
ahora no es bueno unas elecciones anticipadas con el gasto que eso conlleva y
con la crisis que tenemos. ¿Qué morro ,no? ¿ Y las dietas? ¿Y las subidas de
los sueldos? ¿Y la Can?. Claro que mientras en la capital del reino se cobren
200.000 euros (más de 33 millones de las antiguas pesetas) en dietas sin
justificar por parte de 14 concejales de opciones políticas diversas y aquí no
pase nada, qué vamos a esperar?. Por eso es por lo que los llamamos
depredadores de la democracia, porque con sus actuaciones ilegitimas y carentes
de ética y decencia están robando a la ciudadanía la esperanza en la propia
democracia.
Aquí
que haya elecciones anticipadas no depende en este momento de quien sea el
presidente de UPN ni incluso, al menos exclusivamente, de la Sra. Presidenta
del gobierno. Depende del sentir democrático de quienes tiene la mayoría en el
parlamento y esa mayoría es la misma hoy que hace diez días ó que hace un mes.
No
nos vale que yo con no se con quien, no estoy dispuesto a gobernar. No se trata
de eso señores del PSN. Se trata de otra cosa. Se trata de ponerse de acuerdo
para obligar a hacer algo que ustedes con la boca pequeña lo están diciendo
todos los días. Si ustedes de verdad creen que la señora presidenta debe
marcharse pónganse de acuerdo con el resto de los grupos de la oposición
simplemente para forzar de una u otra manera elecciones anticipadas fijando
fechas con luz y taquígrafos a fecha fija y déjennos de pamplinas. Pero claro,
hace tiempo que se les ve el plumero. Ni a ustedes ni a sus antiguos socios de
gobierno les interesa adelantar las elecciones porque no tienen garantizada una
mayoría aunque se volviesen a unir con UPN teniendo en cuenta los resultados
que las encuestas les vaticinan. Sus expectativas de votos no les alcanza. En
definitiva tienen miedo a lo que pueda decir la ciudadanía en las urnas. Y a
todo eso lo llamamos depredación de la democracia.
Igualmente
son depredadores de la democracia todos los que perteneciendo al partido político
que sea, o no, ponen palos en la rueda del acuerdo para poner en práctica
aquello por lo que dicen pelear mientras no les toque sus poltronas o sus
banquetas donde tienen colocadas sus posaderas. Y por supuesto que la mayoría de ellos fuera de la política no encontrarían ni un taburete donde colocarse.
Son
de igual modo depredadores de la democracia quienes no hacen nada por que el
personal se entere de cuanto acontece en la gestión de la cosa pública, en la
vida municipal de nuestros pueblos, etc. y por el contrario cobijan sus
actuaciones bajo las alas del obscurantismo con lo que hacen muy difícil que el
personal juzgue, critique y decida sobre sus comportamientos.
Son
depredadores de la democracia quienes habiendo sido elegidos para trabajar por
los ciudadanos en cualquier esfera del poder político, de la administración pública,
no se involucran en nada e incluso no se molestan ni en acudir a los foros a los
que son requeridos por el puesto que ocupan.
Son
depredadores de la democracia quienes no son capaces de posponer
enfrentamientos personales en aras de acuerdos que generen mayorías con las que
luchar por la mejora de la vida de los ciudadanos, de los vecinos.
Somos
depredadores de la democracia incluso los ciudadanos cuando por el motivo que
fuere nos desentendemos del quehacer socio-político y nos cobijamos
exclusivamente en lo nuestro esperando que las cosas se solucionen por el
simple hecho de que transcurra el tiempo.
Todo
lo que merma la esperanza del ciudadano en el sistema democrático como el
engaño, el fraude, el obscurantismo, etc. es consecuencia del quehacer de los
depredadores de la democracia. Y aquí no hay alternativa: ó democracia ó crispación
y violencia. Tachar como antidemocráticos comportamientos totalmente
democráticos y que están amparados por la constitución como está ocurriendo
últimamente es sencillamente reforzar la coraza de los depredadores de la
democracia. Esto es muy peligroso y al margen de ubicarnos en el desánimo y en
la indignación nos predispone a comportamientos ilógicos y de consecuencias
imprevisibles. Estos comportamientos nos aleja del lugar habitable para la
mayoría, donde el diálogo, el pacto, la discusión ó la negociación sean la base
de las relaciones. Pero no siempre en ese diálogo, en ese pacto, en esa
negociación deben ganar los mismos y mucho menos si solamente
representan un porcentaje minoritario de la sociedad que por mor de unas leyes
electorales, que los grandes depredadores de la democracia no tiene ninguna
intención de cambiar, se ven instalados en las poltronas del poder.
Son
tantos pues los depredadores de la democracia que la acechan constantemente y
día tras día que o nos involucramos y desenmascaramos a los depredadores allí
donde estemos, allí donde los encontremos o estamos abocados al fracaso
democrático de manera inminente después de deshacer las conquistas habidas por
la lucha llevada a cabo durante tantísimo tiempo.
José
Luis Ochoa