HABERLAS HAYLAS
En
principio no era mi intención hoy, día catorce del once del doce, dedicar
comentario alguno sobre la huelga general convocada por los sindicatos
mayoritarios de este país y diversas organizaciones ciudadanas en contra de
muchas cosas, pero tal vez fundamentalmente “contra los recortes”, o al menos
así se está diciendo, así se está escribiendo, como si fuese esa expresión un
gran recogedor de los motivos múltiples por los que el personal ha puesto en
marcha esta huelga. En estos últimos días uno ha tenido ocasión de comentar
este tema de la huelga con gentes, amigos y conocidos de distinta índole,
parecer y posicionamiento y debo reconocer que a todos les asiste su parte de
razón. Bien es cierto que la mayoría de ellos se posicionan entendiendo casi
exclusivamente una huelga general como el hecho de parar la actividad laboral
del país en la mayor medida posible.
Pues
bien, desde nuestro punto de vista tiene parte de razón quien entiende que una
huelga general sirve para muy poco sea cual sea su éxito de convocatoria y
seguimiento y que aquí lo que hace falta ya es una huelga general total y
permanente. Y tiene su gran parte de razón quien, dadas sus circunstancias
laborales, se siente presionado por la bota amenazante del despido habiendo
comenzado a trabajar hacer dos meses después de año y medio de paro, para no
apoyar la huelga laboral y por tanto yendo a trabajar. Igualmente tiene
explicación y razón la persona –luchador entiendo honesto durante años y hoy ya
jubilado- que me comentaba el otro día que él hoy día no sería capaz de
reprender a nadie su falta de apoyo a una huelga a pesar de que entendía había
sobradas razones para hacerlo y que se consideraba con más obligación que años
atrás de salir a la calle para defender sus derechos y los de quienes por un
motivo o por otro no podían hacerlo dadas sus circunstancias particulares de
presión, miedo, etc.
Pues sí,
pero razones las hay y a montones para salir a la calle, para manifestarse de
una u otra manera en contra del proceder de los gobiernos e incluso de la clase
política en general. Y hay razones sobre todo partiendo de que hacer huelga y
manifestarse es hoy por hoy lícito, legal y democrático.
Hay
razones porque estamos asistiendo a una política ineficaz con toda la locura de
los recortes por mucho que el señor Rajoy afirmase ayer que “la economía
española volverá a crecer en al año 2014” al tiempo que justificaba la reforma
laboral porque “no se podía mantener este tipo de estructura y ya se notan los
primeros resultados de su puesta en marcha” ¿No serán como los brotes verdes,
etc. y demás previsiones incumplidas por cuantos últimos gobiernos han sido? ¿A
qué se refiere con los primeros resultados? ¿A que uno de cada cuatro posibles
trabajadores este actualmente en paro en este país?
Habrá
razones hasta que el poder político no se sitúe por encima del poder
financiero, que está actualmente utilizando a los gobiernos serviles. Por eso
la conquista de la democracia se ha convertido hoy en un hecho cuasi
revolucionario.
Hay
razones porque las cuentas de 2013 prevén destinar 38.500 millones de euros al
pago de intereses de la deuda pública, cantidad equivalente al importe total de
los salarios de los trabajadores de la Administración Central.
Hay razones porque mientras se
privatiza la educación y la sanidad publicas en el estado español el fraude
fiscal asciende a 90.000 millones de euros.
Hay
razones porque la inversión en material antidisturbios y de protección para la
policía aumentará en 2013 un 1780%.
Hay
razones porque no se les puede prestar dinero al 0,75% a los gobiernos, pero sí
a los bancos para que especulen con la vida de la gente. Después esos dineros
la banca se los presta a los estados a unos intereses del 4, el 5% o más. ¿Por
qué no compra el BCE deuda pública a los estados directamente para acabar con
la especulación? Lo importante y lo necesario es que la democracia esté por
encima de la Troika y los especuladores.
Hay
razones porque está produciéndose una transferencia de rentas de la clase
trabajadora e incluso de los pensionistas al poder financiero.
Hay
razones porque estamos "hatos de ceder", a sabiendas de que si no
peleamos por nuestro futuro lo habremos de enfrentar no ya sentados, sino de
rodillas, nosotros y sobre todo nuestros hijos y nuestros nietos.
Hay
razones porque “el pueblo soberano quiere ejercer sus derechos, no acepta
imposiciones de los poderes económicos, ni instrucciones de la “troika”, ni
traiciones del gobierno, sometiéndose a las condiciones humillantes de los
rescates e hipotecando nuestra sociedad a un futuro de miseria y desesperanza”.
Hay razones porque el paro camina
hacia la cifra de los 6 millones en este país y los desahucios están llevando a
la desesperación y al suicidio de las personas.
Hay
razones porque algunos estamos por encima de sindicatos y partidos políticos
que están integrados en el sistema, y sometidos a las órdenes de los que
ostentan el poder real. Porque pensamos que una buena manera de combatir la
actual pseudo-democracia es huir de las actuales formaciones políticas.
Hay
razones porque entendemos que a este paso nos dejan sin futuro para nuestros
nietos. Porque no se exigen responsabilidades a los causantes de esta crisis
que nos atenaza y nos humilla y porque hay otra política y otras soluciones.
Hay
razones porque UPN mantiene su apoyo a las cuentas del PP sin lograr ni un euro
para Navarra.
Hay razones porque el gobierno, una vez más, va a
incumplir su promesa de parar la subida del IRPF en el 2014. De Guindos sigue
manteniendo que “el objetivo prioritario es reducir el déficit" caiga quien
caiga.
Hay razones porque como alguien decía ayer “el
fracaso de los recortes es descomunal” y no parece tengan intención de cambiar.
Hay
razones porque los mismos partidos y los mismos dirigentes que ahora presumen
de buscar soluciones son los que durante años no han movido un dedo y han
estado mirando para otra parte.
Hay razones porque el PP y el PSOE acaban de
rechazar en el pleno del congreso los recortes a la Zarzuela.
Hay razones porque estamos en contra totalmente de
una legislación electoral y postelectoral que permite gobernar con minorías de
apoyo popular y sin haber sido elegidos directamente por la ciudadanía e
incluso a veces como consecuencia de ingenierías electorales calculadas.
Hay razones porque aquí uno se presenta a unas
elecciones con un programa y luego gobierna haciendo todo lo contrario y no
pasa nada.
Hay razones porque, etc. etc. etc.
Hay razones para una huelga y sobre todo hay razones
para que la ciudadanía salga a la calle a decir muy en voz alta que, se empeñe
quien se empeñe, con mayorías o sin ellas, hay otra manera de hacer las cosas
pensando más en los ciudadanos y menos en los de las largas manos.
En fin que razones haberlas hay las.
José Luis Ochoa