LA
DICTADURA DE LA ADMINISTRACIÓN
Ayer se publico en el BOE
(Boletín Oficial del Estado) la llamada ley de tasas por la cual se suben las
tasas judiciales de manera alármate y, lo que tal vez es peor, se extienden a toda
la población. Es decir, en términos generales, a partir de ahora cualquier
ciudadano que presente una demanda civil, es decir que plantee un pleito entre
particulares, o que presente una demanda contencioso-administrativa, o lo que
es lo mismo que pleitee contra la administración, tendrá que pagar sí o sí, y
no precisamente poco, para iniciar los trámites.
Sin entrar a desmenuzar la ley de
tasas recientemente promulgada nos negamos a dibujar una sola línea más sin
definir esta ley de tasas como un atropello a la ciudadanía. Es un atropello
porque el “tasazo” judicial del PP como lo denomina esta mañana un medio de comunicación
local, se carga de un plumazo la igualdad de posibilidades para acceder a la
justicia por parte de los ciudadanos, sean estos ricos ó pobres. Y lo hace con
la gran oposición de consumidores, judicatura, etc. etc. ¿Dónde queda la
igualdad de oportunidades y por tanto la justicia en este país? De pena.
Una vez más se demuestra que
estamos regidos en los distintos niveles de la administración por personajes, “payasos” como los llama el escritor Perez-Reverte, que continuamente nos sumen en
la miseria económica y democrática.
Por no extenderme demasiado y
porque, como digo más arriba, no es mi intención aquí y ahora desmenuzar la ley,
nos fijaremos en un aspecto de la mencionada ley que puede ser bastante
generalizado y clarificador por aquello de que como muestra vale un botón. Me
estoy refiriendo a las tasas a pagar por recurrir una multa de tráfico. Resulta
que con la nueva ley de tasas para recurrir una multa de tráfico de un importe
de 100 euros deberemos desembolsar 200 euros. Osease que, a partir de este
momento, aún en el supuesto de que usted por cabezonería o por lo que quiera,
decida pleitear, aunque por un casual le den la razón tiene garantizado que
pierde el importe de la multa. Recurrir una multa se convierte en algo así como
“del género tonto”.
Claro que esto es volver a llover
sobre mojado y de ahí mi título de esta entrada como la dictadura de la
administración.
Hoy en día a usted le denuncian
porque le ha “pillando” el radar a más velocidad que la permitida y suele
ocurrirle lo siguiente. Le envían la notificación por medio del cartero de
turno a su domicilio. Si usted por el motivo que fuera no está en su domicilio cuando
el cartero tiene a bien acudir le deposita en su buzón una nota para decirle
que se pase por la estafeta de correos a recoger un certificado. Pues bien,
usted cuando llega a su domicilio recoge la comunicación y se pone en
funcionamiento. Pero si el cartero, por
el motivo que fuera, le deposita el aviso en otro buzón de un vecino y este no
se lo hace llegar a usted, no se entera de la fiesta hasta que un día le llega,
también por medio del cartero, una notificación de apremio de pago con el
recargo correspondiente, como mínimo un 20%, proveniente de la agencia
tributaria correspondiente. Usted, después de montar en cólera o con la máxima
tranquilidad que quiera, comienza a intentar desenredar el ovillo y al final aunque
tenga todo el tiempo del mundo, todas las capacidades habidas y por haber o lo
que usted quiera terminará pagando pues le dirán qué día dice el cartero que
estuvo en su domicilio y usted no estaba pero que le dejo la notificación en su
buzón aunque se lo haya dejado en el del vecino y usted no tenga ni idea de la
denuncia que se le impuso hace no sé cuánto tiempo. Le dirán que la sanción ha
sido comunicada en el boletín correspondiente
-como si los ciudadanos tuviésemos la obligación de leernos todos los
días el boletín correspondiente- y al final será la palabra del funcionario de
turno contra la suya. De momento le han privado a usted de beneficiarse de los
descuentos por pronto pago, etc. Un atropello en toda regla.
Pues bien, ahora vienen con esta
nueva ley de tasas y terminan de arreglarlo. Sí, por las narices, claro.
En fin, una vez más el ciudadano de
a pie hoy está más indefenso que ayer ante la justicia en muchos aspectos y
sobre todo a la hora de poder defenderse
ante los posibles atropellos de la administración cuando decida presentar una demanda
contencioso-administrativa.
Igual hasta tiene razón el escritor
cuando dice que “estamos gobernados en
Europa por “payasos” que nos sumen en la
miseria. Esto de momento que uno sepa es Europa, claro.
A lo dicho: “si eres pobre no
litigues”. Ahora resulta que solo los ricos, aquellos que incluso deben
millonadas, van a poder tener acceso a una justicia completa y efectiva. Es
evidente que una forma de acelerar la administración de justicia es que no haya
pleitos pero esto se traduce en el recorte de las posibilidades de defensa de
los ciudadanos y estamos de recortes hasta más allá de las narices.
La ideologización y politización
de la Justicia no sólo es el reparto partidista de cargos y un grave déficit
del sistema democrático, también es la evidente desigualdad que unos ciudadanos
y otros tienen a la hora de acceder a una Justicia independiente, eficiente y
rápida. En esas parece que están.
En fin, un grillete más para amarrar
el mantenimiento de la dictadura de la administración que día tras día estamos
padeciendo.
José Luis Ochoa