EURO Y DEMOCRACIA
A juzgar por esa especie de obsesión informativa que estamos percibiendo estos días parece que estas y las próximas fechas pueden ser decisivas, de algún modo, en el devenir de la crisis que nos agobia y nos está maltratando ya de manera importante, lo asumamos o no. Ya no se trata de ese vivir con miedo que como expresión periodística se está imponiendo estos días en distintos medios de comunicación. Se trata simplemente de percibir una realidad que machaconamente se está infiltrando en nuestras vidas tanto en el plano económico como en el plano socio político y por ende en el quehacer más o menos democrático.
Acabo de escuchar a la Merkel decir que “el fracaso de esta crisis es el fracaso de la política”. Pocas veces suelo coincidir con la forma de pensar de esta señora pero esta vez coincido. Ahora bien, yo añadiría que es el fracaso de la política y en consecuencia de la merma democrática. Personalmente no sé cuál será el futuro del euro, pero lo que si estoy convencido es que sea cual sea el futuro del euro, sea cual sea el devenir de la crisis, si se produce al margen de la democracia e imponiendo las soluciones, estaremos condenados al fracaso.
En nuestra opinión, lo que ahora sucede es que Alemania está tratando de tensar la situación hasta el punto que le permita cerrar los planteamientos legislativos que considere necesarios (de modificación de tratados, integración fiscal, centralización del control del gasto público, etc.) antes de permitirse ceder ni un ápice en las medidas que los mercados están demandando. Por eso entendemos que no esta tan claro el tremendo riesgo de la desaparición del euro que nos están vendiendo. Ojo, uno coincide con quienes opinan que en su momento la implantación del euro fue algo así como construir la casa por el tejado. Implantar una moneda única sin tener una fiscalidad única, etc. pues es como que el día de mañana el ayuntamiento de mi pueblo se integre en un único ayuntamiento integrado con otros pueblos vecinos (léase Dicastillo, Arellano, Arroniz, etc.) que actualmente son ayuntamientos independientes y los que pertenecían a un pueblo paguen de tasas por obras el 3,5% y otros paguen el 2% o simplemente no paguen nada. Inconcebible, no? pues, para entendernos, algo de eso pasa en Europa simplificando el tema. Personalmente, tal y como lo hemos dicho más de una vez, seguimos pensando que también hay vida fuera del euro y que la Europa de dos velocidades tampoco nos va a desterrar de este mundo global. Pero tranquilidad que a Alemania es a quien posiblemente menos le conviene que el euro se rompa. Si se produjera esa situación, su moneda se apreciaría considerablemente, lo que afectaría muy negativamente a sus exportaciones. Alemania es país acreedor del resto de la UEM, y si el euro se rompe, esas deudas pasarían a redenominarse en otras divisas. El efecto de esto para todos los acreedores alemanes sería el mismo que el de un impago. En el fondo Alemania es prácticamente el único país de la UEM que continúa disfrutando de la principal ventaja del euro, como es tener al alcance de la mano una financiación muy barata. Demasiado que perder. Acaba de decirlo en el parlamento alemán la propia Merkel “nos jugamos demasiado en esta crisis”. “Alemania se beneficia enormemente de la unidad monetaria”. Por eso entendemos que no peligra la supervivencia del euro. Lo que peligra es la democracia. Aquí está claro o el “más Europa” que dice la Merkel, se hace con más democracia o no se hará. Hacer más Europa como hasta ahora, es decir sobre la base de “o haces lo que nosotros te digamos o simplemente te quitamos” –Grecia, Italia, etc.- está clarísimo que no funciona.
Nosotros también pensamos que falta liderazgo democrático en Europa, y que tecnocracia, nuevas inyecciones de dinero público a la banca privada y nuevas propuestas de reforma laboral y recortes de prestaciones públicas es más de lo mismo. Por eso, creemos que a estos días críticos le seguirán pronto otros días igualmente críticos.
Pero, de alguna manera lo que pretenden es sustituir el pacto imposible con la Unión Europea por un nuevo pacto de estabilidad financiera firmado a título individual con cada uno de sus estados. Alemania se garantiza así la defensa de su economía y su papel de líder.
Coincidimos con el cronista cuando afirma que “en esta situación, que podríamos calificar de terrorismo financiero, donde el mayor bocado es para el pez grande, habría que hacer una apelación a los valores éticos”. Incluso añadiríamos y democráticos. Últimamente estamos muy faltos de ellos. Un ejemplo lo tenemos a diario en las cajas de ahorro y bancos, donde varios directivos han entrado a saco ó en los sueldos de algunos políticos, etc. En estos casos el hombre económico, el hombre político, se opone al hombre ético. Keynes dijo que la economía debe estar regida por hombres competentes, honestos y responsables.
El propio Adam Smith matizó que la riqueza de las naciones debería estar supeditada a los principios de justicia y equidad. Leía esta mañana “se puede definir la actual democracia como latrocrácia o gobierno de ladrones. Y cabe añadir aquí la cita de que "ustedes no pueden elegir las gallinas, solamente pueden elegir la salsa en la que van a ser cocinadas".
No recuerdo quien escribía el otro día que "la soberanía del pueblo español reside ahora en Berlín". En estos momentos, en Grecia, cuna de la democracia, entre huelga general y huelga general seguro que se están preguntando: ¿para qué sirven las urnas?
Por eso, euro sí, más Europa también, pero sobre todo más democracia donde cimentarlo con garantía de futuro y como aval de menos sufrimiento para el personal.
José Luis Ochoa