domingo, 5 de febrero de 2012

MENOS DA UNA PIEDRA

MENOS DA UNA PIEDRA
Es posible que hoy, por tema de rabiosa actualidad, tocase explayarse sobre el 38 congreso del PSOE. En estos momentos en que, una vez elegido ayer por un estrecho margen de apoyos como nuevo secretario general del partido el perdedor de las pasadas elecciones generales Sr Rubalcaba, y cuando todavía no conocemos la composición de eso que ellos llaman ejecutiva y que en definitiva no es más que una forma de rodearse de quienes le ayuden a controlar mejor el partido y una manera, como otra cualquiera, de agradecer favores recibidos con anterioridad, no estoy por la labor. No he leído todavía la prensa y me imagino que a nada que leamos algún periódico y escuchemos algún telediario estaremos más que saturados con referencias sobre el tema, con opiniones sobre esa especie de circo cuasi democrático que es para mí ese tipo de congresos de los partidos políticos. No obstante es posible que en fechas próximas hagamos algún comentario sobre el asunto una vez que conozcamos eso que suelen llamar programa de actuación para el futuro o algo parecido y que, según ellos democráticamente, se habrá decidido en el transcurso de las jornadas congresuales en Sevilla.
Pues bien, hoy quiero dedicar algunas reflexiones a otro asunto también de rabiosa actualidad. Me estoy refiriendo al hecho de que el Gobierno ha limitado, o mejor dicho, piensa limitar a 600.000 € el sueldo de la cúpula  dirigente de las entidades de ahorro que han recibido ayudas públicas  -leáse, dinero de todos los ciudadanos-  y a 300.000 € en las que han sido intervenidas por el Estado, según dijo el otro día el ministro de los dineros, Luis de Guindos. Para que nos vayamos situando tiremos de calculadora y quiere decirse que los que cobren 600.000 se meterán al bolso 1.643 euritos cada día sea laborable o no laborable y en consecuencia los que cobren 300.000 la mitad, es decir 822, lo cual, evidentemente, esto lo gana cualquiera de los rompezapatos que en esta sociedad somos.
Aún así y todo poco se puede oponer a que se limite a 600.000 euros anuales el salario de los directivos de las entidades intervenidas si no profundizamos un poco más en el tema. Parece ser que el más afectado será Rodrigo Rato, actual sheriff de Bankia, por la sencilla razón de que el año pasado gano la friolera de 2,3 millones de euros; si de euros, no de pelas. Puestos a hacer números, pues eso, 6.300 (un milloncito bastante largo de las antiguas pelas) euros cada día incluyendo los festivos. A lo dicho, que eso lo ganamos cualquiera de nosotros con una pata en el aire.
Bien, estas propuestas junto con otras también unidas a temas de sueldos de entidades financieras ayudadas e intervenidas con dinero de todos los contribuyentes, y otras de índole distinta se incluyen en el decreto sobre reforma del sistema financiero aprobado el viernes en el consejo de ministros. Pero, eh aquí la sorpresa. Estas limitaciones no podrán tener en ningún caso efecto retroactivo. De acuerdo, pero yo me pregunto ¿porqué no se les puso esos topes cuando se les dio la pasta? ¿porqué no se les puso por delante a modo de condición sine qua non los parámetros que actualmente se les pretende aplicar? ¿Qué no estaban ustedes gobernando? Si y el de la moto. ¿No hay otros sistemas además de la retroactividad para conseguir iguales objetivos? ¿Pero quién hace las leyes en este país?
Son limitaciones razonables en tiempos de crisis decía ayer el mencionado ministro. No, Sr de Guindos. Lo que es de juzgado de guardia es que se les dé dinero de todos los ciudadanos a entidades bancarias, sean cajas de ahorros o del tipo que sea, para que puedan salir de su penosa situación donde se han metido por su mala gestión, se les pague esas burradas a esos directivos y miembros de sus consejos de administración, que entiendo alguna responsabilidad tendrán en las cuentas de resultados, y luego no suelten un euro al ciudadano de a pie en prestamos necesarios para su actividad cotidiana.
Lo que es necesario y por tanto es penoso, por lo menos democráticamente hablando, no hacerlo, publicar quienes son, qué hacen y cuánto cobran todos y cada uno de esos directivos, esos componentes de los consejos de administración,  de esas entidades intervenidas o ayudadas con dinero de los sufridos ciudadanos. Lo demás es demagogia pura y dura, brindis al sol, o simplemente una manera de decir las cosas a medias que en el argot castellano es algo parecido a engañar.
En fin, que menos da una piedra, pero de transparencia, claridad, etc. como base del quehacer democrático, bastante poco.
José Luis Ochoa