“POR EL MOMENTO”
El otro día escribía en una entrada de este blog sobre las medias verdades y los silencios. Y concluía mi manojo de opiniones manifestando el flaco favor que, desde nuestro punto de vista, hace a la democracia esa forma de comportarse de nuestros políticos cuando se trata de informar, de contestar las preguntas a la ciudadanía.
Pues bien, hoy nos hemos desayunado, y leo textualmente “Barcina descarta “por el momento” implantar el copago sanitario”. ¿Pero tan difícil es decir que en Navarra no se va a implantar el copago sanitario por esto y por lo de más allá? ¿Cuál es el motivo por el que siempre se están empeñando en generar duda, en dejar esa especie de puerta abierta por lo que pudiera pasar? ¿Será fruto de la inseguridad en la que se mueven? ¿Será fruto de un actuar premeditadamente intentando producir una opinión generalizada en los ciudadanos para que, llegado el momento, se produzca aquello de que “no ha habido más remedio”, es decir preparando el terreno?
Sea como fuere, la verdad es que con la aprobación por parte de los catalanes del eurito por receta con la muy estimable ayuda del PP catalán parece que ya nos han marcado el camino a seguir.
Que de alguna manera el PP prepara fórmulas de copago para desviar fondos de la sanidad a otros menesteres es ya vox populi, o lo que es lo mismo contenido periodístico diario. Incluso la ministra de turno proclama, para todo aquel que le quiera escuchar, que hay que “buscar mecanismos de sostenibilidad” para el sistema refiriéndose al sistema sanitario. A nadie se le oculta que su hoja de ruta es construir de alguna manera una decisión consensuada con las comunidades autónomas para aplicarla al área de los fármacos e incluso de las consultas sanitarias.
Siempre hemos pensado que en política es muy importante se cumplan ciertos requisitos como transparencia, evitar secretismos, etc. en su función pública. Pero sobre todo creemos es necesario no manipular el sentir de la ciudadanía si queremos caminar con sosiego y sin sobresaltos por la senda de la democracia.
Cuando leemos las manifestaciones ya anotadas con la coletilla “por el momento”, debo reconocer que a uno le viene a la mente aquellos tiempos, ya bastante lejanos, en que el ministro de turno afirmaba con total rotundidad que la peseta no iba a ser devaluada y a las 24 horas se producía la devaluación. Parece, aunque es evidente que aquellos tiempos ya pasaron, como si las formas de decir las cosas permaneciesen de la misma manera.
De todos modos, por un motivo o por otro, raro es el día en que por leer, por escribir, por escuchar algún contenido referente a recortes, crisis, etc. uno no se acuerde de una conversación tabernaria a la que asistí allá por los febreros del año 2010 donde un grupo de amigos discutían sobre el futuro de la crisis entonces aparentemente incipiente para algunos. Todavía había más de uno que sostenía que aquí en estos lares la crisis no sería para tanto. Es verdad que a estas alturas de la movida yo creo que todos tenemos meridianamente claro que aquí no se va a librar del tema ni el apuntador. Pero aun compartiendo esa opinión de que estamos todavía muy lejos de tocar fondo, lo que nos revuelve las tripas es esa manera de decir las cosas, ese sembrar la incertidumbre en la ciudadanía, ese seguir anclados por parte de los políticos, estén en el nivel de responsabilidad que estén, en el secretismo, en el oscurantismo. Todo esto en nada favorece el fortalecimiento de la democracia en estos momentos vapuleada un día sí y otro también y sin embargo más necesaria que nunca. Sencillamente creemos se equivocan y nos están privando a los ciudadanos de ilusionarnos mínimamente, nos estan privando de transitar por la senda de la seguridad e incluso, llegado el momento, de aportar nuestro grano de arena para la mejora de las cosas.
En fin, mientras esperamos que lleguen y concluyan las elecciones autonómicas de Andalucía y Asturias, con la incertidumbre de ver hasta dónde nos sorprende el gobierno de las Españas con nuevas medidas y nuevos recortes, ojala nos equivoquemos en nuestras sospechas cuando escuchamos decir “por el momento no”.
José Luis Ochoa