CAMPEONES
Tranquilo, amable lector de este blog, que, seas o no seguidor de La Roja, no voy a sumarme a esa especie de marea informativa que estos días nos ha arrastrado hora tras hora ensalzando el logro conseguido por quedarse campeona de Europa y haber hecho historia enlazando tres títulos futbolísticos importantes. Tampoco voy a detenerme en verter conceptos y opiniones sobre lo que ganan o dejan de ganar los componentes de la selección, ni sobre lo que ha costado a este país esos éxitos deportivos ni sobre lo que tendrían que hacer los “héroes” del momento con los miles de euros que se van a embolsar por haber conseguido ser campeones de Europa, dado el momento que está atravesando este país. Debo reconocer que soy amigo del buen futbol como me gusta el buen baloncesto ó un buen partido de pelota ó de cualquier otro deporte, aunque muchas veces no comparta en absoluto muchas de las cosas que les rodea. No obstante debo reconocer que, visto lo visto, en este momento, si hay una institución que ofrezca confianza en este país es la selección de futbol. E incluso, me atrevería a decir más. Últimamente los rostros más alegres y sonrientes podemos vernos con motivos de estos éxitos. Es posible que sea que nos resulta difícil encontrar algún otro motivo por el cual alegrarnos. ¿Que es triste? Pues tal vez pero el hecho es que ese mismo día que la selección española de futbol se quedaba campeona de Europa coincidía con el inicio del repago de los medicamentos, nos amenazaban con subida de impuestos y la inmediatez de más recortes y la subida del precio de la luz, del butano, etc. etc. era un hecho. ¿Pura coincidencia? Pues tal vez, pero de todos modos curiosa coincidencia ¿no?
Pero lo que ya es demasiado coincidente en estos lares es la continua afloración de la decepción del ciudadano de a pie que siente pisoteada día tras día la democracia fundamentalmente debido a la partidocracia, al mismo tiempo que lo hunden en la miseria vaciándole los bolsillos sin ningún tipo de miramiento y con toda desvergüenza del mundo.
Creo que era el defensor del pueblo andaluz quien hace poco dirigiéndose a los políticos les decía: “La gente está hasta el gorro de todos ustedes. Les ven todo el día en las peleítas”
La falta de ética de los grandes partidos políticos y sin ningún interés por cambiar las cosas esta colmando la paciencia de muchos. No es ético ni decente pedir constantemente sacrificios a los ciudadanos sin devolverle al pueblo la fe en las instituciones, sin devolverle al pueblo el poder de ejercer la democracia. Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Lo que están haciendo los partidos es reducir nuestra soberanía a depositar una papeleta cada cuatro años en una urna para luego, en nuestro nombre, negociar ellos sus propios intereses que no coinciden las más de las veces con los de la mayoría de los nuestros.
En este orden de cosas hay que colocar la renovación del Constitucional pactada entre los partidos mayoritarios y con un sistema de elección que nos hace sospechar cual y en qué sentido serán los veredictos. Igualmente esta en la misma parcela la ley de amnistía fiscal por la cual los grandes defraudadores van a terminar pagando por sus fechorías defraudadoras muchísimo menos que si cualquier ciudadano se equivoca a la hora de confeccionar su declaración de la renta y a los cuatro años, a punto de prescribir, le reclama el fisco el pago de lo consignado erróneamente con un interés o recargo del 5% por año. En el caso del Constitucional el gobierno ha tenido la ocasión de regenerar la confianza en la institución pero ha preferido pactar con el PSOE y dejar las cosas igual.
No sé donde leía estos días la frase pronunciada por Estanislao Figueras que fue presidente de la 1ª república que a la hora de exponer los porqués de su renuncia al puesto de presidente y haciendo un ejercicio de honestidad dijo:” Ya estoy hasta los cojones de todos nosotros”
No es pues de extrañar lo más mínimo que la ciudadanía de este país considere que la clase política es el segundo problema más importante que tenemos los españoles.
Decía Churchill que “la democracia es que llamen a tu casa de madrugada y sea el lechero, y no la policía”. No considero esta una de las más brillantes frases del estadista. Uno piensa que es una democracia pero que muy sospechosa aquella en la que el lechero llama de madrugada y no cuando la gente está ya despierta. O lo que es lo mismo cuando la gente no está informada y no ha sido consultada. Una democracia efectiva es la que entendemos como la capacidad de autogobierno por parte del pueblo y por tanto con capacidad para controlar una serie de poderes constantemente.
Pues eso, campeones, pero no en democracia
José Luis Ochoa