viernes, 13 de julio de 2012

CORNADA MORTAL

CORNADA MORTAL
No, por suerte o por lo que sea, hasta el momento y van siete, no ha habido ninguna cornada grave en los encierros sanfermineros. Esperamos que el último no nos depare ninguna sorpresa de esta índole. Pero mientras los Sanfermines y por tanto los encierros van llegando a su recta final en este año 2012 estamos a punto de recibir una cornada mortal a nuestro estado de bien estar, a nuestra libertad, a nuestra democracia y en definitiva a cuanto sustenta nuestra vida social diaria y por tanto a nuestro vivir con un mínimo de dignidad y de garantía de futuro.
A estas alturas uno ya no sabe si gritar “basta ya” al mismo tiempo que llama indecentes sin ambages a cuantos están a punto de decidir el mayor recorte y, hecho con la mayor desfachatez que hayamos conocido jamás, en el consejo de ministros de hoy presidido, para más inri por el rey de los safaris. Dicen que el gobierno se bajará el sueldo el equivalente a una paga extra. ¿Y cuánto es? ¿Qué porcentaje de su sueldo? Porque claro, no es lo mismo que le quiten una paga extra a quien gana mil euros al mes (14.000 euros al año) que  le quiten una paga extra de cinco mil euros a quien gana cien mil euros al año por decir algo. No es lo mismo subir el IVA a quien gana mil euros al mes que al que gana diez mil. No sufre lo mismo el que soporta una subida de los carburantes del tres por ciento (eso es lo que ha subido en la última semana) ganando mil euros al mes que quien gana diez mil al mes.
Es cobarde atacar siempre a los más débiles y además es inmoral. Aquí está claro que hay leones y corderos y mientras esto siga así se está alimentando un cabreo que tarde o temprano desembocará en una conflictividad de consecuencias para nosotros hoy imprevisibles. No creemos demasiado en la capacidad de movilización de unos sindicatos sumisos al poder las más de las veces, ni en unos partidos políticos que están en el origen  de este desmadre democrático y son el núcleo de todo esto que nos acontece.
Es un hecho que el 90% del IRPF que se recauda por parte de Estado proviene de los asalariados. Por tanto podemos afirmar con total realismo que quienes sostienen la economía del Estado son estos. Los mimos que pagamos la educación, la sanidad, el desempleo, etc. e incluso los sueldos y pensiones de nuestra clase política, los rescates bancarios y los sueldos millonarios y de por vida de quienes han gestionado esto de manera nefasta. Los asalariados además de ser pues la base de la economía estatal son en este momento el colectivo más inerme y se están convirtiendo de forma sistemática juntamente con los pensionistas, que no dejan de ser unos asalariados, en el principal objetivo de los ataques de las políticas de recortes y demás. Hace ya tiempo que vemos con auténtico estupor cómo, obviando cualquier atisbo de ética, todas las medidas de austeridad están confeccionadas para maltratar al más débil. Estamos viendo que se machaca al enfermo subiéndole el coste de las medicinas con la subida de las aportaciones. Se machaca con una reforma laboral que contempla la posibilidad del despido procedente por el mero hecho de estar enfermo. Unos jóvenes obligados a abandonar el país en busca de trabajo y a los que el Estado después de haber invertido en su formación una pasta gansa no es capaz de proporcionarles ese trabajo para el que se han formado, etc. etc.
Y todo esto aderezado con el “no tenemos más remedio que hacerlo porque así nos lo exige” la Merkel y compañía. ¿Donde ha quedado el orgullo como país? ¿Dónde ha quedado nuestra libertad? ¿Dónde ha quedado nuestra democracia?
Aparentemente este es un país de corderos enfermos incapaces de levantarse contra el decidir de los leones. Nadie ataca cuando el campo está lleno de ovejas. Pero todo llegará. Mientras tanto evidenciamos que la cornada es prácticamente mortal para el estado de bienestar, para la libertad y, lo que es más grave, para la democracia.
José Luis Ochoa