jueves, 10 de noviembre de 2011

DECEPCIONADOS

DECEPCIONADOS
Y a mi qué me importa quién ha ganado o ha dejado de ganar en términos periodísticos el debate a dos entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios. Además si ya sabíamos que siendo como fue ó incluso habiendo sido de otra manera aquí ocurre, como con los resultados electorales, que todos ganan  o, dicho de otra manera, dependiendo de qué periódico opine y dependiendo de quién opine pues el resultado habrá sido uno u otro. ¿Por qué  nos cuesta tanto trabajo en esta sociedad nuestra buscar y admitir la objetividad de las cosas aunque esta objetividad vaya en algunas ocasiones en contra de nuestros planteamientos ideológicos?
Pues eso, que como anoto al principio, me sale por una friolera quien de los dos salió vencedor de la pantomima de debate que yo, como otros doce millones de paisanitos, a decir de los que miden estas cosas, nos tragamos de principio a fin. Sin embargo, no me sale por una friolera el contenido de este ritual huérfano de opciones, concreciones y temas sobre los cuales los ciudadanos de a pie queremos saber cómo piensan enfocarlos quienes en principio están llamados a presidir el próximo gobierno de este país durante los cuatro próximos años.  Desde mi punto de vista ausencia alarmante de contenidos y de cómos.  Hace ya demasiado tiempo que uno aprendió que mientras no nos den, no nos digan claramente los qué, los cómos y los cuándos, son brindis al sol y difícilmente son creíbles quienes se dirigen a nosotros intentando pedirnos lo que sea, convencernos de algo.
Es evidente que este debate tenia de entrada diferencias importantes respecto a otros debates habidos en otras campañas anteriores, pero esto no es escusa para que quienes aspiran a administrarnos obvien  - es decir no digan ni palabra-  temas como agricultura, fraude, sistema fiscal, energías alternativas y por tanto futuro de las nucleares, futuro del ejercito, etc. Pero ¿cómo se puede tener el rostro de montar, hacer ó protagonizar un debate de la expectativa y el nivel de este al que nos estamos refiriendo y no hacer ni nombrar este tipo de temas con la que está cayendo? Pero cómo no se dan cuenta de que el personal estamos hartos del “y tu más” que es lo que estamos escuchando todos los días y que con el soporte de unos y otros nos ha conducido a dónde estamos y de donde queremos salir. ¿Cuándo van a poner en práctica planteamientos democráticos que emanen de su propio convencimiento? Es cierto que a juzgar por el tiempo – a penas segundos- que dedicaron a hablar de democracia, y eso que tenían un apartado en principio dedicado a ello, a uno le quedan serias dudas de que tengan ese convencimiento. A uno le quedan serias dudas de que estos señores entiendan la democracia como la obligación, que tienen quienes se presentan como candidatos, de explicar los qué, los cómos y los cuándos de manera clarita para que todo el mundo se entere de qué va el tema y luego vote el personal  en consecuencia lo que crea conveniente. Los rompezapatos de este país tenemos  el derecho a que se nos diga muy clarito qué, cómo y cuándo lo van a hacer. Estamos de generalidades hasta las mismas narices. Estamos de corruptos y de defraudadores  hasta las trancas y ellos mutis por el foro. Estamos hartos de que nos traten como gilipollas y de verdad algo gilipollas seremos pero del todo no somos.
Efectivamente este ha sido un debate muy distinto a debates anteriores. Ninguno de los candidatos en principio se estaba jugando la presidencia del país. Salvo cataclismo del debate ni el que entró al mismo como perdedor iba a salir ganador,  ni el que entró como ganador iba a salir perdedor. Entonces uno se pregunta si no se ventilaba el ser o no ser presidente, si no nos han dicho qué, cómo y cuándo lo van a hacer y se pierden en el “y vosotros mas”, “y la culpa es vuestra” etc. y en contarnos el cuento de la lechera, para qué se han gastado medio millón de euros? ¿Para qué tanta parafernalia?  ¡Qué triste tener que contemplar este espectáculo!  Una vez más debo afirmar que esto no es ser de derechas ni de izquierdas. Esto va simplemente de apostar por la  democracia  con todas las consecuencias o por el contrario de hacer un simulacro de debate democrático con toda la parafernalia que se quiera buscando un más de lo mismo. Es buscar seguir de alguna manera repartiéndose el pastel con la alternancia en el poder mientras les sea posible y se lo permitamos.
Pensamos pues, que perdieron oportunidades vitales e importantísimas para cualquier demócrata que se precie. Entre otras perdieron la oportunidad de hacer algo en la dirección de recuperar en parte el prestigio perdido mes tras mes como clase política. Y perdieron esta oportunidad precisamente los máximos exponentes de los dos partidos políticos que con sus formas de hacer y decir, más han hecho para que la clase política sea considerada aquí y ahora como el tercer problema de este país por los curritos, pensionistas, y paraditos, etc. que en él zapateamos.
Fue un debate de mucho espectáculo, mucho fuego de artificio intentando erigir, una vez más, un monumento al bipartidismo. Estamos en contra del bipartidismo y por eso nos hubiesen gustado escuchar a los candidatos decir algo más sobre el cambio necesario de la ley electoral. No pensamos sea suficiente una vaga referencia a la proporcionalidad dicho de tal manera que no creo fuesen muchas las personas que se enterasen de algo.
Hay otras opciones políticas en este país, en estas elecciones, y entendemos tienen derecho a que se les oiga. Tenemos derecho los posibles votantes a escuchar esas opciones, esos qués, esos otros cómos y esos otros cuándos. Nos alegramos que los sondeos auguren un ascenso de las opciones minoritarias mientras nos mantenemos con la esperanza puesta en que algún día cambie la ley electoral de esta piel de toro y se pueda ver mejor reflejada la realidad del pensamiento de este país en el parlamento.
Reales o no reales, en este momento, además de 4.978.300 de parados, dicen hay tres millones de votantes indecisos. Yo lo siento pero no creo encontrarme dentro de estos tres millones y a lo sumo estaré dentro de los  que estamos medio indecisos pues hace tiempo tengo claro que para el senado mi voto será en blanco (no nulo ni abstención) por consecuencia lógica de pensamiento pues tenemos claro que no es necesario para el correcto funcionamiento de nuestro sistema parlamentario y cuesta una pasta gansa al ciudadano.
El debate del otro día pues, no sé, ni me importa quién lo gano. Pero si sé  quien lo perdió y eso si que me importa. Sencillamente lo perdió la democracia y eso es muy grave. Es grave pues sencillamente una vez más hemos quedado decepcionados.
José Luis Ochoa