ELECCIONES Y DEMOCRACIA
Se acabaron las elecciones y debo confesar que en cierto aspecto uno ya respira más tranquilo. Estábamos un poco hasta las trancas de tanta campaña, como hemos manifestado en alguna ocasión, sin demasiado brillo democrático.
Pues bien, se acabaron las promesas dichas dentro de las generalidades, los programas electorales sin preñez de qués, cómos y cuándos y ya estamos en la hora de la verdad. Es nuestro deseo, como demócrata, que por esta vez cumplan con lo poco o lo mucho que han prometido, con lo que de manera más o menos clara han escrito en su programa electoral y no hagan, como suele ser costumbre, un quiebro a la democracia con un “hasta dentro de cuatro años compañero que yo ya tengo lo que quería”.
No es mi intención en esta entrada extenderme demasiado en constatar lo evidente y que, por otra parte, desde ayer por la noche estamos escuchando y leyendo por activa y por pasiva. Como estaba previsto, media docena de escaños arriba o abajo, el PP ha ganado estas elecciones y gobernará con una amplia mayoría absoluta este país durante los próximos cuatro años si alguien no lo impide. Por otro lado el PSOE, también como estaba escrito, se ha pegado el gran porrazo electoral. Rajoy en estos momentos tiene todo el poder y ahora sí tiene la obligación ineludible de explicarse. No le queda otra. Todo lo que haga afecta a millones de personas que tenemos derecho a conocer hasta los detalles de sus decisiones, de sus movimientos, en buena lid democrática. Es clara la disposición e incluso predisposición del PP a aceptar, incluso con aparente sinceridad por coincidencia ideológica, las indicaciones que vaya dictando el dios dinero como si fueran dogmas. Incluso, a decir verdad, tal vez en esta tesitura, de entrada, tenga pocas posibilidades de no obedecer las pautas por otra parte perfectamente marcadas. Pero lo que también es de una claridad deslumbrante que según cómo lo haga y hasta dónde lo haga dos cosas se asoman como evidentes: por una parte contestación en la plaza pública y por otra de nuevo gran déficit democrático.
De todos modos tiempo al tiempo, y, como demócratas, vamos a dar un margen de confianza, por si acaso. Es verdad que los mercados financieros han reaccionado hoy a la aplastante victoria del PP en las elecciones con más subidas en la prima de riesgo y fuertes caídas en la bolsa española. Por tanto de momento no les han dado ningún margen de credibilidad añadida o por encima del que estaban dando los días atrás, por muchas felicitaciones de la Merkel, Sarkozy y compañía que haya recibido el señor Rajoy.
Ahora, como leía esta mañana, se acabó el intento descarado por no mojarse en los asuntos más difíciles. Ha llegado la hora de ejercer el poder legítimo como en cualquier otro país, contestando a todas las dudas, explicando, debatiendo, dialogando y en definitiva desarrollando los resortes de una democracia auténtica. Aquí uno no puede dar ningún tipo de sosiego. En este tema tenemos urgencia democrática. España es el único país de Europa con un cierto número respetable de habitantes que no tiene una ley de transparencia y acceso a la información pública. La ley de transparencia informativa la demandamos ya. Una ley para que los ciudadanos de a pie podamos conocer con detalle, como sucede en los países avanzados, cómo se gastan hasta el último euro de nuestros impuestos el Estado, nuestra comunidad y nuestro ayuntamiento.
De todos modos con el éxito del PP, etc. quien ayer ganó fue, sin duda ninguna, la democracia. Y es cierto que, también nos sabe a victoria, a quienes no estamos de acuerdo con el bipartidismo a ultranza instalado en este país, el resurgir de algunas formaciones políticas o la aparición de otras nuevas en el parlamento español, sean del signo político que sean. Van a ser trece las formaciones políticas que tendrán presencia, a modo de record, en el parlamento español y nos parece positivo para la democracia.
Por otra parte, no por esperado, es menos sorprendente el batacazo del PSOE. Partido muy importante en este pais y que desde el advenimiento de la democracia y la aprobación de la constitución ha gobernado durante 21 de los 33 años transcurridos y al que es justo reconocerle el protagonismo de las reformas estructurales de mayor calado para la convivencia española.
¿Y aquí, en esta Navarra nuestra, qué? Pues lo previsto y por tanto a esperar. ¿Se atreverá la osada presidenta a un adelanto electoral en esta tierra foral para quitarse de en medio a los de la banqueta? ¿Estos chicos del PSN piensan seguir de la misma manera? ¿Demasiado empecinamiento, no? Allá ellos. Yo me quedo de momento con la satisfacción de la pluralidad de voces que, en representación de esta tierra, van a estar en el parlamento español y algunas sin ningún tipo de subyugación ni dependencia de partidos de ámbito estatal por lo que serán libres de reivindicar para esta querida tierra nuestra aquello que crean necesario.
¿Y en mi pueblo? Uno evidentemente puede tener la tentación de comparar los resultados de ayer con los de las pasadas elecciones municipales. Nada de lo que hiciésemos en este sentido tendría utilidad analítica defendible. Son cosas distintas. En este sentido baste anotar que en estos comicios la unión PP-UPN ha obtenido 221 apoyos y en las pasadas municipales UPN no consiguió ni un solo concejal. No obstante sí es evidente un descenso del 20% de UPN y un 33% del PSN con respecto al año 2008. IU muy similar a anteriores comicios y un dato que por distinto y que por reflejar un crecimiento claro, no se puede obviar y es los 56 votos de Amaiur y los 46 de Geroa-Bai.
En fin, que vislumbramos, por parte de los nuevos gobernantes, un obedecer las leyes de los mercados y a pesar de todo, deseamos que este obedecer no sea tan ciego ni tan sumiso que merme la autonomía de este país con menosprecio de lo que ocurra a los ciudadanos. Que las cosas vayan mucho mejor a partir de ahora es lo que uno desea.
Suerte a todos y ojala que nadie con su actuar secuestre ni un ápice de nuestra democracia. Estaremos aquí atentos para aplaudir ó denunciar.
José Luis Ochoa