NI REFERENDUM NI ELECCIONES
No suelo ser repetitivo en mis escritos con un mismo tema pues, a nada que uno tenga un poco las antenas puestas, el acontecer diario es tan variopinto y cambiante que cada día aparecen distintos y nuevos asuntos sobre los que opinar.
En este caso pues, como haciendo una excepción, voy a volver sobre el tema griego. Vuelvo sobre el mismo asunto pues basta echar una ojeada a la prensa ó escuchar los distintos medios de comunicación para ver que sigue siendo objetivo periodístico de primer orden día tras día. Pero sobre todo vuelvo porque cuanto más se habla, se escribe, etc. más sensación tiene uno de que nos están engañando como a chinos sobre este asunto y sobre todo nos están ocultando una realidad, unos datos, unos aconteceres, queriéndonos hacer ver que lo blanco es negro y que lo negro es blanco. Nos están intentando convencer de que el problema de Europa ó lo que es lo mismo la culpa de la crisis la tienen los griegos. De alguna manera nos estábamos comenzando a creer que si los griegos hacían un referéndum para decidir si aceptaban las condiciones draconianas impuestas por la zona euro para que les prestasen dinero los mismos a lo que les deben para que paguen lo que les deben y así suma y sigue, no solo ellos, sino que también todos nosotros nos íbamos al garete. Dicho de otra manera, nos han estado intentando hacer ver que si los griegos ejercitaban su derecho democrático - desde mi punto de vista en este momento justificado y necesario- a expresarse en un referéndum, ellos serían los culpables de cuanto pudiera acontecernos al resto de los países de la Unión Europea.
Pues bien, de momento ni referéndum ni elecciones. Está claro que para los políticos griegos ante la democracia ó el dinero, lo segundo es lo primero. Unos y otros intentan convencernos de alguna manera de que fuera del euro no hay vida, de que fuera del euro está la bancarrota, el desastre. Intentan convencernos de que para construir Europa hay que estar abrazados al euro si o si. No estamos convencidos de eso. Ya son bastantes los economistas y personajes versados en la materia que sostienen que eso no es necesariamente así ni mucho menos. Igualmente sostienen que el euro fue un desastre. Que implantar la moneda única cuando y como se hizo, fue de alguna manera comenzar a construir la casa por el tejado. Ya se comienzan a oír, cada día con más frecuencia, voces que sostienen que la complicación del euro tiene su base en que es imposible un buen funcionamiento de una moneda común entre países con renta per cápita distinta, con déficits distintos, con sistemas fiscales distintos, etc. Es evidente que a quien le interesaba fundamentalmente la implantación de la moneda única era al capital, a los grandes bancos, a los países ricos de la eurozona y es evidente que les sigue interesando hoy día su continuidad a los mismos. No recuerdo el nombre del banquero que, en un ataque de sinceridad, dijo: déjenme el control sobre la moneda común de los países y me da igual quien gobierne en cada país. Este tema sin duda ninguna daría contenido para extenderse cuanto se quiera en otros muchos comentarios. En este sentido solamente un apunte. En el primer rescate griego España aportó 10.000 millones. Pues bien esos millones, como se suele decir, apenas pusieron los pies en Grecia y por tanto los griegos ni los olieron pues se destinaron a saldar deudas que Grecia tenia con Francia y Alemania fundamentalmente, parece ser, por temas de armamento.
Hoy es evidente que fuera del euro hay Europa y hay vida y así lo afirman cada día más autoridades entendidas en la materia. Por tanto que no nos engañen, una vez más demandamos que nos digan la verdad y que dejen de buscar cabezas de turco para justificar una crisis – y los males que puedan llegar a futuro- que el ciudadano griego en exclusiva ni ha generado ni va a generar con referéndum o sin él.
Escribíamos hace unos días que cuando la democracia se intenta utilizar en beneficio de un grupo o de un partido político siempre, y más bien pronto que tarde, termina pasando factura a quien es protagonista de esa utilización. Es evidente en este momento que el primer ministro griego ha utilizado la posibilidad de realizar un referéndum como estrategia política y no por el convencimiento de que eso era lo mejor para los ciudadanos griegos, lo mejor para su país. De momento ha salvado in extremis la moción de censura pero ya nadie duda que va a pagar la factura.
Resulta un poco frustrante que sea precisamente en Grecia, cuna de la democracia, donde se le escamotee con semejante descaro al pueblo la posibilidad del ejercicio democrático. Parece evidente que los derechos democráticos no solo no se respetan en no sé qué países que nos parece están fuera de nuestra zona de influencia. Entendemos que tampoco se respetan en la medida que sería necesario aquí en nuestro entorno y lo que es más grave algunos de nuestros políticos con sus manifestaciones parece apuestan por que sea así.
De momento ni referéndum ni elecciones, pero eso, de momento. Vivir para ver.
José Luis Ochoa